¡Nafti, trata de arrancarlo!

Valencia

El Levante UD trata de moderar y atemperar el ánimo de una afición decepcionada y desesperada porque es consciente de la dramática situación que se adivina si Mehdi Nafti no es capaz de dar con la tecla ante el Racing.

Dos derrotas y un empate es el triste bagaje de las tres últimas jornadas en las que ha cambiado varias veces de sistema, ha probado con los cuatro laterales, con todos los centrales, ha buscado diferentes dibujos y alternativas en el trivote y le ha dado todo tipo oportunidades a su arsenal ofensivo.

A pesar de tantos cambios, sigue sin haber una propuesta clarificadora, ni un once inicial definido tras 90 días desde que arrancó la pretemporada. La paupérrima trayectoria y la paciencia tienen un límite.

Todos los focos apuntan a la figura del entrenador y a su incapacidad para dotar de una identidad al equipo, pero lo que está en juego el domingo en Orriols es mucho más grave que la posible destitución del técnico franco-tunecino.

Felipe Miñambres, sería quién tendría que proponer ante el Consejo de Administración un cambio de rumbo y sería el reconocimiento explícito de su propio fracaso como director deportivo en la novena jornada del campeonato.

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Miñambres ha tenido el tiempo y los medios suficientes para poder elegir al empleado más cualificado de todos los que tenía que contratar y en el que bajo ningún concepto se podía equivocar, porque el futuro del club y la viabilidad económica de la sociedad depende de un ascenso obligatorio. Estar en Primera división no es una ilusión, es una necesidad.

El partido ante el Racing será algo más que un punto de inflexión en el transcurso de una durísima temporada, porque otra derrota podría desencadenar el principio del fin de la era Catalán y a menos de un año para saber si Quico se presentará a una reelección.