Grace Kelly, una princesa en el callejero de Valencia
Los príncipes de Mónaco visitaron Valencia en su luna de miel, y un año después donaron un millón de francos a la ciudad para su reconstrucción tras la trágica riada de 1957.
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Luis Fernández nos recuerda la visita de los Príncipes de Mónaco en1956
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Valencia
Tal día como hoy de hace 40 años fallecía en Mónaco la actriz norteamericana Grace Kelly, esposa de Raniero III, a causa de las heridas sufridas en un accidente de automóvil. Los príncipes de Mónaco se habían casado en 1956, en la que fue considerada entonces como la boda del siglo, y durante su luna de miel hicieron escala en Valencia, a la que arribaron por mar a bordo de su yate Deo Juvante II. Los recién casados estuvieron en nuestra ciudad del 9 al 11 de mayo de aquel año de 1956 y realizaron las visitas institucionales pertinentes en el momento, causando un gran revuelo entre la sociedad valenciana. Acudieron a la Feria Muestrario Internacional y por la noche fueron agasajados con un castillo de fuegos artificiales y bailes regionales. Al día siguiente tuvieron la ocasión de oír misa y visitar el Palacio de la Generalitat –entonces sede de Diputación de Valencia- la Catedral y el Santo Cáliz, la Basílica, el Ayuntamiento y el Museo de Cerámica. Como curiosidad, durante su estancia en nuestra ciudad, la princesa Grace se sintió indispuesta y tuvo que ser visitada por un médico valenciano que certificó que se encontraba embarazada de la que sería su primera hija, Carolina. Tal vez fuese un rumor, pero lo que sí que es cierto es que los príncipes de Mónaco quedaron gratamente sorprendidos por la cariñosa acogida que les brindó el pueblo valenciano, y por eso un año después no dudaron en acudir en su ayuda.
En octubre de 1957, el río Turia se desbordó a su paso por Valencia, causando una catástrofe humanitaria de niveles nunca conocidos en nuestra ciudad. Tras el aluvión, las aguas volvieron a su cauce, pero lo que quedó fue caos, ruina y toneladas de fango y desesperación. La solidaridad con el pueblo valenciano llegó desde todos los rincones de España y del mundo: naciones, instituciones, pueblos y personalidades aportaron su granito de arena para ayudar a Valencia en su particular guerra contra el barro, entre ellos la donación de un millón de francos que los príncipes de Mónaco aportaron para la causa. Por ello, dos años después del infausto suceso, el Ayuntamiento de Valencia quiso agradecer el gesto de humanidad de Raniero y Gracia rotulando una calle con el nombre de príncipes de Mónaco en el barrio de la Fuenstanta, un polígono de viviendas que se había construido para acoger a los damnificados de la riada y en el que todos los nombres de sus calles y plazas se rotularon en agradecimiento por la ayuda y solidaridad prestada a la ciudad.