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La “impotencia” de Gallardón durante el incendio del Windsor: “Tenía más miedo del que confesé”

En el 20 aniversario del incendio del Windsor, el que fuera alcalde de Madrid, recuerda el impacto que tuvo el suceso para la capital

Madrid

Era 12 de febrero de 2005, a las 23:00 horas de la noche, cuando el edificio Windsor, ubicado en plena ciudad financiera de Madrid, comenzó a arder. Hasta allí se desplazaron dotaciones de bomberos, periodistas y el que por ese momento era alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. "Me llamó Pedro Calvo, que era Concejal de Seguridad, para decirme que había un incendio en el Windsor", asegura el alcalde. Inmediatamente después de ese momento Gallardón llegó al lugar de los hechos y recuerda sentir "sensaciones contradictorias".

"Llegué cuando el fuego estaba localizado en las plantas donde se había ocasionado. El objetivo en ese momento era salvar el edificio y pensábamos todos que se iba a conseguir", añade Gallardón. Por ese entonces, con el trabajo que se estaba haciendo y las dotaciones de Bomberos que estaban en el lugar, no se pensaba que aquel incendio de la torre Windsor iba a llegar a ser "mucho más catastrófico".

La decisión de los bomberos

Sin embargo, tal como lo recuerda el ex alcalde: "A partir del momento en el que vimos que el fuego se descontrolaba, entramos en pánico. No era solo por el Windsor era por si llegaba a quemarse Azca". Esta situación obligó a los Bomberos a tomar una decisión, duramente criticada en su momento pero con "buen criterio". "Nos dijeron que no se iba a intentar apagar el edificio, solo se iba a intentar aislar el fuego del Windsor para que no pasase a los edificios colindantes de distrito financiero", asegura Gallardón.

Esta operación fue la clave para conseguir impedir "que se hubiera convertido en una catástrofe" que afectara, no solo a oficinas, si no también a la zona residencial de la Calle Orense, lugar muy cercano a dónde se estaba produciendo el incendio.

Aun así, el político recuerda "tener la sensación de impotencia" porque el cuerpo de Bomberos, en un primer momento, no "le daba ninguna garantía de que eso fuera a acabar bien". Además, Alberto Ruiz Gallardón asegura que los Bomberos le avisaron desde el principio que la estructura de hormigón del edificio iba a aguantar pero la que la de metal no, y después del accidente se pudo ver como acertaron.

"Aprendimos mucho con eso. Aprendimos que los rascacielos son como transatlánticos, no se pueden apagar en puerto, es decir, en la ciudad. Tiene que tener un sistema autónomo para apagarse el fuego solo", reflexiona el ex alcalde después de 20 años del suceso.

Los indicios y la investigación

Consecuentemente, de todos los indicios que se cuestionaron por la creación de ese fuego, Gallardón nombra al general Villarejo como "cara dura" por supuestamente "querer cobrar por haber destruido el papel que se perdió tras el incendio". Sobre esto, añade: "Incluso insinuaba que ese asunto ya lo había resulto, dando a entender que había sido él el propio responsable"

Por último, a modo de reflexión, el ex alcalde destaca que es consciente de que la investigación que se hizo en el juzgado tuvo algunas cosas que no se pudieron explicar. "No se podía acreditar que fueran personas las sombras que se ven y no se puedo acreditar que fuese una operación intencionada". Junto a esto, Gallardón añade que la conclusión a la que llegó es que "había sido una imprudencia, cómo un pitillo mal apagado".

Los bomberos de Windsor, los grandes protagonistas

Cuando el cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid recibió la alerta de que el edificio Windsor se estaba incendiando, "el aviso entró relativamente tranquilo, lo que pasa es que cuando se nos avisa de que se trataba del Windsor, tuvimos que tomar medidas al tratarse de un edificio con altura y con debilidades de la época", recuerda Rafael Ferrándiz, en su momento supervisor de guardia de bomberos del Ayuntamiento.

Hasta allí se desplazaron varias dotaciones de Bomberos y tan pronto como llegaron tuvieron que cumplir la primera orden: buscar el corte de propagación. "Había que subir a pisos superiores para intentar que el fuego no fuera a más". Para ello, Rafael dice que tuvieron que entrar de rodillas y rompiendo las puertas de madera que se encontraban en las entradas de las escaleras. Según el, "eso parecía un pozo de de petróleo".

Sin embargo, Rafael explica que la estructura del edificio no ayudaba a que se frenara el fuego, si no que por el contrario iba cada vez a peor. "La fachada era un muro cortina y no existía ninguna compartimentación, el cristal era prácticamente continuo y los forjados no tenían ningún impedimento que evitara que pasaran los gases del incendio de una planta a otra", destaca el ahora jefe de Bomberos.

Aun así, las consecuencias de este trágico incendio han provocado que los mecanismos de actuación hayan cambiando. "Tenemos más o menos 140 maniobras de distintos tipos desde incendios, rescates a salvamentos...todo bajo parámetros comunes". Sobre esto añade que "aumente el control, la seguridad y el conocimiento en las operaciones que se llevan a cabo".

 
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