El bar Candela reaviva la chispa del flamenco en Madrid: "Queremos ser un altavoz para los hijos de los artistas y visitantes que pasaron por aquí"
La legendaria sala de Lavapiés reabre con nuevos dueños, pero con el mismo objetivo de difundir y preservar el flamenco
Tradición y novedad en la reapertura del Candela en Madrid
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Madrid
Arte, cultura y cocina se unen, de nuevo, tres años después, en el número 2 de la calle del Olmo, en el barrio de Lavapiés, gracias a la reapertura del mítico templo del cante y el baile. "Nos encontramos ahora mismo en la cueva del Candela que es un sitio mítico, que al volver a abrir todo el mundo ha querido bajar como locos por las escaleras para verlo". Lo explica Amanda Portillo, artista visual y socia del actual bar, junto a otras personalidades, como, entre otros, el productor Enrique Lavigne, el actor Unax Ugalde y la chef Ángela Gimeno.
"Nuestra idea es dejarlo todo como está", explica Portillo, "y que se siga haciendo lo mismo que se hacía antes, que eran actuaciones de repente, la gente se arrancaba a cantar y a improvisar". De hecho, a la sala ya han acudido artistas como C Tangana, Yerai Cortes o el guitarrista brasileño Yamandu Costa.
Un escenario para las nuevas generaciones del flamenco
Candela fue, desde su origen en los años 80, un espacio para los amantes del cante y de la noche madrileña en el barrio de Lavapiés. Su fundador, Miguel Aguilera, ya fallecido, consiguió juntar a las mejores figuras del arte flamenco, desde Camarón a Enrique Morente, pasando por Ketama, Carmen Amaya o La Niña de los Peines y convirtiéndolo en el templo del arte y la noche madrileña.
El objetivo de esta nueva etapa es combinar la esencia del flamenco tradicional, con artistas emergentes y abrir de nuevo las puertas a todos los amantes del baile y la música. "Darles un lugar a las nuevas generaciones del flamenco, ese lugar que en los años 80 tuvieron muchos flamencos de todas partes de España, señala. Y sigue: "Era la época de la movida madrileña, y de Gran Vía para arriba estaba la movida del rock y del pop; y de Gran Vía para abajo la movida flamenca".
Las figuras que representan este arte, las fotografías de aquellas noches, las pinturas y pósters de Madrid están recogidos en la decoración continuando así su legado, pero, sin olvidar, la mezcla entre tradición y novedad.
"Cuando acaba el Calvario, empieza el Candela"
Todo está respetado en la estética: desde los azulejos granadinos, hasta la barra de la sala principal que, como si de una servilleta de papel se tratase, recoge la historia del flamenco, del Candela y de Madrid y que cierra con la mítica frase, tantas veces repetida durante su época dorada, de que "cuando acaba el Calvario, empieza el Candela", haciendo referencia al callejero de la ciudad.
Señala, además, Portillo que los vecinos del barrio se han volcado con la reapertura y les han mostrado su cariño y apoyo: "Durante la obra se pasaban a preguntar que cuándo abríamos, nos decían que habían crecido ahí, que sus padres les hacían una especie de cama con las sillas mientras disfrutaban de una actuación...también camareros contándonos sus miles de experiencias".
De momento, el Candela trabaja a medio fuego, un soft opening, dice Portillo, para ver cómo responde la gente y comprobar cuáles son sus necesidades. Los lunes, tras el día del Rastro, el bar permanecerá cerrado y, a partir de febrero, durante los martes, miércoles y jueves se podrá disfrutar de actuaciones programadas de figuras como Paco Soto, bailaores y cuadros flamencos.
Lydia Payo
Redactora de informativos y de la parte digital de Radio Madrid. Presentadora del Podcast 'Todo es Empezar'...