Instagram como espacio seguro

Madrid

Cerré mi cuenta en Instagram hará un par de semanas después de que Salvados dedicara un capítulo a contar el funcionamiento interno de Meta en los temas relacionados con la salud mental de jóvenes y adolescentes. No podía seguir en un espacio en el que campan a sus anchas pedófilos y agresores sexuales. Por no hablar del largo historial de cuentas feministas canceladas y del acoso sistemático que sufrimos las mujeres en esta red.

Descubrir que el botón de "reportar" no servía para nada fue la gota que colmó el vaso. Afirmar como afirma estos días Cristina Fallarás que una cuenta de Instagram es un espacio seguro es ignorar lo que ella sabe y ha sufrido propia piel: que en esta red la violencia machista circula con demasiada libertad. Lo que ha hecho siempre el movimiento feminista es denunciar las carencias del sistema judicial cuando de atender a las víctimas se trataba. Cada vez que un juez ha sido machista lo hemos señalado, cada vez que no se creía a la denunciante, todas las veces que en las comisarías no trataban como es debido a las mujeres.

Lo que quiere el feminismo es que mejoren las instituciones y su funcionamiento, que los cuerpos de seguridad y la justicia tengan perspectiva de género. Y a pesar de los fallos y las carencias, hemos avanzado mucho en este sentido y hay que seguir avanzando. Lo que no hemos pedido nunca es que el sistema sea sustituido por una red de comunicación digital privada propiedad de un señor ampliamente conocido por no proteger ni la infancia ni las mujeres de la violencia machista.