Sección "Punto Omega": ¿Cómo sé si mi hijo sufre ciberacoso?

Móstoles

El acoso escolar es cualquier agresión psicológica y/o física, mantenida en el tiempo y que se lleva a cabo con la intención de hacer daño. Aunque no es un fenómeno nuevo, sí ha cobrado en los últimos años una nueva dimensión, ya que se están dando nuevos métodos para ejercerlos, principalmente a través de las redes sociales, es lo que llamamos ciberacoso o ciberbullying. Se trata por tanto del acoso psicológico que se produce entre iguales, a través de medios digitales.

La psicóloga del SPANT, Alicia García, cuenta en detalle en la sección Punto Omega de Hoy por Hoy Madrid Oeste que es este fenómeno cada vez más común, como prevenirlo y que hacer en caso de que un hijo o hija lo sufra.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que cualquiera puede ser víctima de acoso. No se puede hablar de perfiles de personas acosadoras ni de acosadas. Por otra parte es importante saber que las situaciones de acoso y ciberacoso suelen mantenerse ocultas, especialmente a partir de los 10-12 años. En general, cambios importantes en el estado de ánimo del hijo o hija pueden ser un signo para detectar un posible acoso. Aunque se pueden confundir con cambios de actitud propios de la edad, todas las formas en torno a la frustración (tristeza, apatía, ira o enfado) deben ser tenidas en cuenta.

Ante la identificación de algunas de estas señales, lo mejor que se puede hacer es sentarse a hablar con el hijo o hija para que sepa que tiene apoyo y que puede contar cómo se siente y qué le ocurre. Lo importante, sobre todo, es que sienta que no está solo y por supuesto, no tomarse la justicia por nuestra mano.

La educación en valores como la empatía, la tolerancia y el respeto, es la clave para acabar con el acoso entre iguales y el ciberacoso. Es importante que aprendan a ser respetuosos con las personas que les rodean, pero también amables y empáticos. Para ello lo mejor es convertirse en modelo que ejemplifique este comportamiento. Otros signos son una resistencia marcada a asistir a la escuela, dormir peor por las noches o tener pesadillas, sufrir falta de apetito o comer de forma compulsiva o cambios en el rendimiento escolar entre otros ejemplos.

Móstoles cuenta con el SPANT, el Servicio de Prevención y Atención temprana a adicciones con y sin sustancia, un servicio gratuito gestionado por Punto Omega. Se atienden problemas relacionados con el uso y/o abuso de TIC (videojuegos, Redes Sociales, ciberbullying, sexpreading, rolear, sexpreading, grooming, móvil...), pero también con el inicio del consumo de sustancias (cannabis, alcohol, bebidas energéticas, tranquilizantes...) o el juego de azar ya sea online o presencial. Con estas píldoras pretenden sensibilizar e informar sobre aspectos relacionados con la salud mental de niños/niñas y adolescentes, para prevenir futuras adicciones.