Tres autoras. Tres generaciones. Tres maneras de ver la novela histórica

Fuenlabrada

A principios de los años 90, cuando Ángeles de Irisarri (77 años) publicó ‘Doña Toda. Reina de Navarra’ (Mintzoa, 1991 y reeditada años después como ‘El viaje de la reina’ ) el panorama de la novela históricaera bien diferente al actual.

“Antes era un subgénero que no querían en las editoriales. Me costó años publicar la primera novela”, ha recordado en ‘Hoy por Hoy Madrid Sur’.

Junto con ella hemos reunido a otras dos autoras de este género literario, pero de diferentes generaciones como son Luz Gabas (56 años) y Andrea D. Morales (29 años).

Gabás, premio Planeta 2022 con ‘Lejos de Luisiana’ aunque antes ya había logrado el éxito con ‘Palmeras en la nieve’ (Temas de hoy, 2012), comparte la reflexión de Irisarri y añade que estaba degradado aún más “si lo escribía una mujer, pero ahora es un género querido y aceptado y con muchas mujeres escribiéndolo”.

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Y es cierto que si nos ponemos a enumerar encontramos a Toti Martínez de Lezea, Matilde Asensi, Carmen Posadas, Julia Navarro, Isabel San Sebastián… o nuevas voces como Nieves Muñoz o Helena Montufo.

Las tres han coincidido también en que la relación con el lector es una de las claves; “Los lectores van por delante de los editores”, ha destacado Irisarri, mientras que Morales (que ha publicado recientemente ‘La dama de la judería’, Ediciones B, 2023) ha valorado el papel de las redes sociales en la actualidad. “Es como una moneda de dos caras: las críticas te llegan de una manera más directa pero por otro lado es un acercamiento muy sencillo con el lector”.

Descartan que por ser mujeres hayan recibido la “recomendación” de escribir sobre personajes, temas o tramas concretas pero sí que reconocen que, en cambio, se les ha etiquetado sus novelas como “histórico románticas” solo por estar escritas por manos femeninas.

“La crítica tiende a ser más despiadada con mujeres escribiendo novela histórica. Se es más benévolo con el autor masculino”, ha apuntado Gabás, mientras que Morales añade que ha recibido críticas por su juventud, formación… o que la etiqueta de “muy romántica” se ha colocado a sus novelas y no a otras escritas por hombres.

Al preguntarles por lo mejor de ser novelista, junto con el contacto con el lector, Andrea D. Morales señala que “le ha permitido resucitar a figuras femeninas relegadas al olvido, que no importaban a nadie. Es actuar como un médium”, Luz Gabás apunta que le encanta “lo que he aprendido sobre historia” mientras que Ángeles de Irisarri concluye que ella “vivía y dormía pensando en la novela que estaba escribiendo. Te alejaba de este mundo cruel que vivimos”.