Estas son las nuevas universidades privadas que preparan su desembarco en Madrid

Madrid

La Consejería de Educación tiene otros cuatro expedientes sobre la mesa de empresas que quieren desembarcar en el negocio de la educación superior universitaria, según confirma el departamento que dirige Emilio Viciana, aunque evita identificarlas “por estar aún en una fase inicial de la tramitación”.

La Cadena SER, a través de fuentes parlamentarias, ha identificado a tres de ellas. Se trata del Centro de Estudios Superiores Felipe II, de Aranjuez, que ahora funciona como un centro adscrito a la Universidad Complutense; la Universidad Abierta de Europa; y la Escuela Universitaria de Artes TAI, ligada actualmente a la Universidad Rey Juan Carlos.

Álvaro Ordóñez, director ejecutivo de TAI, confirma que llevan “un par de años” gestionando este salto con la Comunidad de Madrid, aunque desconoce cuándo se completará toda la tramitación. “Es un proceso largo, que tiene que pasar por la Asamblea de Madrid”, explica el ejecutivo. En cualquier caso, desde Educación, rechazan que la autorización sea inminente. “El primer expediente, como pronto, no llegará a la Cámara hasta finales de año”, señalan sus portavoces.

Desde la bancada de la oposición, la diputada socialista Mar Espinar da la bienvenida a los nuevos centros, aunque con condiciones. “Que no reciban ni un manguerazo de dinero público: nada de ceder terrenos y nada de relajarles impuestos”, exige Espinar. El PSOE pide además que el dinero que dejen en las arcas públicas revierta en los seis centros que sostiene la Comunidad de Madrid. Pero, sobre todo, exigen que esos centros sean solventes desde el punto de vista académico: “Que cumplan con unos estándares de calidad y garantía docente”, resume la diputada socialista.

La petición de esta bancada no es baladí. La Comunidad de Madrid ha dado luz verde a otros cinco centros de este tipo desde que Ayuso llegó a la Puerta del Sol, entre las críticas de quienes piensan que el Gobierno regional está relajando los estándares para acreditarlos. Y esas voces llegan incluso de la misma Administración madrileña. Es lo que pasó durante la tramitación de la autorización para la Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología (UDIT) -la última que ha visto la luz en 2022- y que salió adelante, entre otros, con los informes en contra del Ministerio de Universidades, de la consejería competente de su Ejecutivo o del Consejo Universitario de Madrid.