Sociedad

"Darte un beso con tu pareja en el autobús resulta incómodo porque ves miradas que no te gustan": un estudio del Ayuntamiento de Madrid constata la realidad de la comunidad LGTBI en la capital

El informe presentado durante la última reunión del Observatorio Municipal contra la LGTBIfobia refleja las barreras a las que se enfrenta el colectivo en el acceso a los servicios municipales

Una bandera arcoíris durante una manifestación en Madrid. / Javier Jiménez Bas

Madrid

La ciudad de Madrid se presenta como un lugar de referencia para las personas LGTBI donde vivir libremente su orientación sexual, identidad sexual y expresión de género, sin embargo, el colectivo sigue teniendo que superar numerosas barreras, especialmente en el acceso a los servicios municipales.

Es lo que refleja un estudio encargado por el Ayuntamiento y que se presentó en la última sesión del Observatorio Municipal contra la LGTBIfobia, celebrada el pasado día 27.

Para elaborar este informe se han realizado varios grupos de discusión con personas del colectivo LGTBI y entrevistas a personas expertas en diferentes ámbitos profesionales. El punto de partida es que Madrid proyecta una imagen amable con el colectivo y se percibe como una ciudad abierta y tolerante pero existe cierta preocupación por el contexto político de la capital y el aumento de “actitudes reactivas y beligerantes” por parte de algunos grupos sociales. En este sentido se destaca que la retirada de la bandera LGTBI de la fachada de Cibeles, se percibe como un gesto simbólico de la falta de apoyo explícito por parte del Ayuntamiento al colectivo.

El estudio revela que hay ciertos servicios municipales que las personas del colectivo LGTBI perciben en ocasiones, como “no seguros” o no explícitamente amigables. Es el caso de la Policía. Algunos de los participantes en los grupos de trabajo describen la desconfianza y el temor que les generan las fuerzas de seguridad, tras vivir situaciones incomodas cuando han acudido a denunciar un hecho LGTBIfóbico o una agresión. Describen, también, comentarios irrespetuosos de policías en la calle o en la realización de gestiones en comisaria. “Yo a la policía no la puedo llamar, porque siento que no me respetan o que no me entienden. Al final me defiendo yo o directamente no hago nada” relata una de las personas cuyo testimonio se ha incorporado al estudio. Si que en el colectivo se valora positivamente la existencia de la Unidad de Gestión de la Diversidad

Los Centros deportivos municipales son percibidos como lugares donde es necesario ocultarse y, en ocasiones, evitar. Las personas LGTBI tienden a no acudir a ellos por miedo a la discriminación de otros usuarios, ya que siguen existiendo en ellos una fuerte mirada herteronormativa. No ocurre lo mismo con los Centros juveniles y culturales, en estos espacios si se percibe apertura y receptividad hacia el colectivo aunque se reclaman puntos arcoíris donde poder acudir en caso de sentirse inseguros/as.

Otro espacio de ocultamiento es el transporte público donde se perciben actitudes discriminatorias en forma de miradas o comentarios, por su forma de vestir o por expresar cariño hacia una persona del mismo sexo, algo que ocurre especialmente en el Metro. “Darte un beso con tu pareja en el autobús a veces resulta incómodo porque ves miradas que no te gustan”.

Propósitos y despropósitos | Episodio 42

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