'Una bañera de hojas secas', historia de una superviviente
La periodista madrileña Marta González Novo publica con Plaza & Janés su primera novela, un relato de ficción que nos acerca a la dura realidad de las mujeres que sufren la violencia de género y también la falta de formación e incomprensión de un sistema judicial aún imperfecto
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Madrid
Rebeca Agustí, la protagonista de Una bañera de hojas secas (Plaza & Janés, 2023) es una bailarina de éxito, soltera y con una buena situación económica, que conoce al amor de su vida durante un recital de danza en París. Al poco tiempo se casan y tienen tres hijos. Hasta aquí lo único positivo de esta relación idílica, la parte más visible de esa aventura a la que empezaron a salirle aristas desde el primer momento. Lo más terrible de todo es que casi nadie, ni siquiera la propia Rebeca Agustí, supo o quiso ver esas señales de alarma.
Marta González Novo, directora del programa Hoy por Hoy Madrid, en la Cadena SER, siempre soñó con ser escritora. En cierto modo, esta novela es un homenaje a sus padres y a las vivencias y recuerdos de su infancia y su juventud. En lo emocional, la autora ha construido el carácter de la protagonista utilizando elementos de su propia vida, basándose en la personalidad y la fortaleza de dos mujeres de su familia que le han influido siempre: su madre, Carmen Novo, y su abuela materna, Concha Agustí. Su abuela Concha, de hecho, fue víctima de esa violencia psicológica, e incluso física, que es el asunto central de la historia, pero no tuvo ni los medios, ni la salud, ni un entorno favorable que hubiera podido protegerla de un depredador de estas características.
Para todo lo que tiene que ver con la violencia de género, de la que Rebeca, la protagonista, es víctima, Marta González Novo no ha utilizado la experiencia de una sola mujer, sino que ha reunido el sufrimiento de muchas, con las que la periodista ha podido hablar durante los últimos años, y que le han contado el horror vivido con sus maltratadores. "Esta historia nace de las entrevistas que he estado haciendo esta última década a mujeres víctimas de violencia de género. Un grupo de ellas, que han sufrido maltrato psicológico, vinieron un día al programa para contarnos que estaban recibiendo la ayuda de una fundación que, a través de un programa de radio, las estaban ayudando a contar lo que estaban sufriendo", ha asegurado la autora.
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El maltrato psicológico
Marta González Novo se dio cuenta de que, cuando se hablaba de violencia machista, había una realidad que no se estaba contando. "Cuando llegas a un juzgado con un parte de lesiones, es muy evidente: tienes tres costillas rotas y te han pegado. Pero cuando hay un maltrato psicológico, es muy complicado de demostrar". Todas esas mujeres con las que la periodista ha contactado, en el proceso de documentación y preparación de la novela, le han contado sus propias pesadillas añadidas al maltrato. Por ejemplo, le han detallado cómo la fiscalía especializada en violencia de género no está todavía a la altura de lo que debería estar; que hay fiscalas que, en un juicio, no entienden cómo una mujer policía puede ser víctima de malos tratos; o que hay jueces especializados en violencia de género que preguntan cómo puede ser que una mujer acuda a denunciar cuando ya han pasado ocho años de los hechos. "La administración pública ha aprobado el 'título habilitante como víctima de violencia de género'. Pues bien: hay fiscalas especializadas en violencia de género, y esto me lo han contado los abogados y abogadas de estas mujeres víctimas, que no saben lo que es ese título", añade la autora.
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Por eso, Marta González Novo ha constatado que la policía está haciendo muy bien su labor, y que la administración pública va muy por delante de la justicia. "Se están produciendo paradojas en las que mujeres que tienen el título administrativo que las reconoce como víctimas de la violencia de género, que luego denuncian, llegan a los tribunales y les archivan las denuncias". Esto, evidentemente, provoca en muchas de ellas una gran confusión, impotencia y cierta sensación de indefensión, porque la administración les dice que son víctimas, pero los juzgados aseguran lo contrario.
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El relato de una superviviente
Cuando la editorial, Plaza & Janés, leyó Una bañera de hojas secas, la calificó como la historia luminosa de una superviviente. Es una novela imprescindible y necesaria, porque ofrece las claves sobre cómo superar un drama de esta magnitud. Además, ayuda a identificar los patrones de comportamiento y actuación de los maltratadores, y a evitar embarcarse, por error u omisión, en una relación tóxica. La novela también trata sin tabúes el tema de la muerte, intentando ofrecer pautas que mitiguen el dolor y el duelo.
Marta González Novo asegura que hay dos capítulos fundamentales que van a ayudar a detectar esos patrones de comportamiento de los maltratadores a "las mujeres que estén sufriendo esto, o que lo hayan sufrido, o que tengan un pie en embarcarse en una relación tóxica... o entornos, que también están los entornos cómplices, que se callan, cuando esto es fundamental denunciarlo, denunciar que alguien está siendo víctima y alertar de cuanto está ocurriendo", insiste la autora.
El 'quídam'
El maltratador, el acosador, el que abusa y manipula a su antojo, es todo un especialista que sabe lo que hace y elige a sus víctimas. En la novela no tiene nombre propio, sino que se identifica como "el quídam", que según el diccionario es una persona despreciable de quien se omite o ignora su nombre. La psicóloga Silvia Congost, en quien se inspira uno de los personajes de la novela, asegura que "cualquier persona, tenga el origen que tenga, el entorno del que provenga, su clase social, nivel de estudios o situación económica, cuando se encuentra con un perfil de este tipo, si no lo identifica, puede acabar viviendo todas estas situaciones tan macabras que describe Marta en la novela. Siempre hay señales que pueden ayudar a identificarlo, pero al principio es complicado, porque suelen ser muy galanes, te dan reconocimiento y son muy perfectos".
Esa dualidad perversa del 'quídam' queda patente desde el principio en la propia estructura de la novela. Porque, al mismo tiempo que Rebeca Agustí, la protagonista, nos va contando su maravillosa historia de amor con su maltratador, se van insertando en el relato una serie de capítulos intermedios que nos muestran instantáneas o fotos fijas de su maldad, en forma de mensajes o comportamientos futuros, que muestran un auténtico acoso y maltrato psicológico totalmente aterradores. Estos capítulos son un anticipo de lo que va a venir, y van poniendo al lector en antecedentes, creando una especie de sensación asfixiante ante una situación nefasta que ya sabemos que va a llegar más adelante.
SILVIA CONGOST - EL QUIDAM
01:23
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La triada oscura de la personalidad
Este tipo de maltratadores poseen, según la psicóloga Silvia Congost, un perfil muy peligroso a nivel social. Los hay que son cínicos y maquiavélicos. Existen también los narcisistas, que piensan que están por encima de los demás, y que pueden utilizarlos, someterlos, controlarlos o menospreciarlos. Y, por otro lado, está el grupo de los psicópatas, que son esas personas incapaces de conectar emociones y de expresarlas. Al no ser capaces de empatizar, porque no les importa nada ni nadie más que ellos mismos, es casi imposible que puedan cambiar ese trastorno irreversible, y se convierte en algo vital alejarse de ellos.
Muchas mujeres, y también hombres, son víctimas de estos perfiles trastornados, porque este tipo de acoso o maltrato va más allá de la violencia de género. Las víctimas caen en sus redes prácticamente sin darse cuenta, y solo empiezan a percibir que algo va mal cuando ya es demasiado tarde. La propia protagonista de la novela, Rebeca Agustí, llega a pensar en el suicidio. "Hay datos terribles. Las ideas suicidas suelen estar en un 5% a lo largo de la vida en personas normales. Según me ha contado Javier Urra (psicólogo forense y ex Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid), esas ideas suicidas se multiplican por cinco cuando hay maltrato físico o psicológico. Hay un 25% de mujeres que tienen ideaciones suicidas cuando hay violencia de género. Y es terrible cuando tú llegas a un tribunal y denuncias, y ves que no se juzga al denunciado, al maltratador, sino que se juzga a la víctima. Todo esto se cuenta en la novela", añade Marta González Novo.
MARTA GONZÁLEZ NOVO - SUICIDIO
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Al final, lo que salva a la protagonista de Una bañera de hojas secas es el recuerdo del amor y la felicidad que ha vivido desde pequeña, y también la responsabilidad de proteger a sus tres hijos, a los que no puede dejar desamparados y en manos del maltratador sádico y narcisista. Ese salvavidas llega en forma de reflexión, que también lanza la propia autora: "quieran a sus hijos, ámenles, díganles 'te quiero'. Denles amor. Eso será un pasaporte para el resto de su vida, sea cual sea la circunstancia que les toque vivir".
Carlos Cala
Empieza en la radio en 1992, en la emisora de la Cadena SER en Morón de la Frontera, trabajo que simultanea...