¿Es posible distinguir entre candidiasis y liquen escleroso vulvar?
Con los mismos síntomas, la falta de resultados tras el tratamiento y las posteriores pruebas dermatológicas determinan la presencia de la segunda afección
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Entrevistamos a Mirian Sobrino Olmedo, sexóloga y matrona, sobre el liquen escleroso vulvar
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Fuenlabrada
El picor en la vulva es uno de los problemas mas frecuentes en las mujeres, en algunos casos con años de molestias.
Hoy, Mirian Sobrino Olmedo, sexóloga y matrona de Atención primaria en la Comunidad de Madrid, nos plantea otra dolencia que comparte síntomas con la candidiasis y por lo que es precisamente más complicada y tardía en su diagnóstico: el liquen escleroso vulvar.
“En muchas ocasiones esas mujeres se han tratado con todo tipo de cremas porque en la mayoría de los casos lo primero que se piensa es una candidiasis y recurren a tratamientos antimicóticos, también lociones calmantes o reparadoras, sin presentar mejoría”, relata.
En los casos en los que la mujer presenta estos síntomas (picor, irritación de la vulva…) es importante descartar la afectación por el liquen escleroso.
“El liquen escleroso es una patología crónica progresiva de la piel de la vulva que puede evolucionar produciendo fisuras, rigidez en entrada de la vagina y fusión de los labios menores con una pérdida de la anatomía vulvar”, apunta Sobrino.
El origen del liquen es desconocido, “aunque se cree que hay factores relacionados como los genéticos, infecciosos, hormonales. Se sabe que hay mayor incidencia a partir de la perimenopausia y menopausia y también en niñas antes de la pubertad”, coincidiendo con bajos niveles de estrógenos.
Es una patología infradiagnosticada, aunque se estima que afecta a una de cada 30 mujeres. “Por ello el diagnóstico temprano es importante ya que el tratamiento precoz puede reducir o prevenir cambios irreversibles de la vulva”, señala, matizando que en algunos casos el diagnóstico puede tardar de cinco a quince años.
“El tratamiento consiste en aplicación local de corticoides y asegurar una adecuada hidratación de la vulva. En este sentido el aceite de onagra y la vitamina E son recursos interesantes”, además “es importante tener en cuenta otras medidas como utilizar ropa interior de algodón o seda, evitar la higiene excesiva y el uso de toallitas húmedas, el protege slip y la ropa ajustada” para esta infección ya crónica, lo mismo que sus efectos físicos.