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¿Quién puja por un cuadro? Los precios pueden partir desde los 100 euros y llegar hasta cantidades desorbitadas

Entramos en una de las 120 casas de subastas de España en las que jóvenes y mayores se reúnen en busca de alguna pieza con valor artístico

En las tripas de una subasta de arte: ¿quién puja y por qué?

En las tripas de una subasta de arte: ¿quién puja y por qué?

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Madrid

Un Sorolla alumbrado por la luz del sol preside la sala y copa la atención de los asistentes. No es una situación extraña el estar frente a un Sorolla auténtico, podemos encontrar numerosas obras del pintor valenciano, por ejemplo, en el museo del Prado. Algo menos frecuente es plantarnos frente a un Sorolla con la intención de llevárnoslo a casa. Es lo que ocurre en la casa de subastas Segre, que presume de tener como principal reclamo, entre los lotes que se subastan hoy, una de las obras del maestro de la luz.

En España quedan actualmente cerca de 120 casas de subastas, las plazas públicas en las que obras de arte o piezas de valor serán expuestas buscando un nuevo comprador. Parece evidente, pero para que un objeto salga a subasta, antes tiene que haber un propietario que quiera deshacerse de él.

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Los motivos pueden ir desde simples cambios de gusto, hasta por necesidad, por ejemplo porque el propietario se ha mudado a una casa más pequeña y necesita dar salida a algunos objetos. También existe en ocasiones una motivación económica, especialmente en casos de testamentarías. En ocasiones el heredero saca el objeto que le han legado a subasta para conocer su valor real.

¿Quién está detrás de la paleta?

Volviendo a la subasta del Sorolla, nos preguntamos quién podría querer hacerse con él. Leticia Permuy, del departamento de ventas de la casa, explica que han escrito "al Estado, a grandes coleccionistas especializados en Sorolla, y a marchantes de arte a nivel nacional o regional". A la subasta también llegan aficionados y curiosos, que pueden asistir de manera gratuita. Paleta en mano, un comprador es el único pujante para la obra, aunque la alegría le dura poco, pues el Estado ejerce su derecho de tanteo, es decir, su opción de compra preferente, que le permite llevarse el cuadro por el mismo precio.

Joaquín Sorolla: retrato, mar y aire

35:40

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Son las propias casas de subastas las encargadas de informar a coleccionistas, fundaciones y posibles interesados de los objetos que van a salir a subasta próximamente. Según cuenta Mercedes de Miguel, directora de Subastas Segre, "se exhiben durante una semana los lotes a subastar, para que los clientes puedan acercarse a ver en directo lo que les gusta". "También se realizan informes sobre cada una de las piezas para clientes que no pueden desplazarse a la sala", explica. Las casas de subastas se han adaptado también a los tiempos, y es que en el caso de Segre, permiten la opción de pujar por los lotes vía telefónica o incluso a través de su página web.

Las subastas, ¿sólo para unos pocos?

Aunque esté muy extendida la idea de que el mundo de las subastas es para unos pocos y muy ricos, los precios pueden partir desde los 100 euros hasta cantidades desorbitadas, como los 300.000 en los que se tasó el Sorolla. Mercedes explica que hay lotes para todos los presupuestos: "Todo empieza por la gente que colecciona cosas. Más allá de las grandes noticias que vemos en los medios, por ejemplo, de un Picasso que se compra por 30 millones, lo habitual es ver a gente colecciona y puja por cosas más pequeñas".

 
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