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Madrid abre la puerta a aumentar el número de niños con autismo por aula: "Empeora nuestras condiciones laborales y la calidad educativa"

Profesionales y familias denuncian que la nueva normativa, que contempla un aumento de la ratio y desdibuja las funciones de los especialistas, pone en riesgo el derecho a la educación inclusiva de más de 6.000 niños

“En un mismo grupo podemos encontrar un niño de Infantil sin control de esfínteres, otro con episodios conductuales, otro con escapismo…", cuenta José Chacón uno de esos profesores / Cadena SER

Madrid

Con el curso empezado, el gobierno regional ha modificado la normativa de las aulas TEA, para niños con Trastornos del Espectro Autista con necesidades educativas especiales. En esas aulas, a las que suelen asistir también alumnos con trastornos generalizados del desarrollo, había el pasado curso un total de 6.598 niños (4.423 con centros públicos y 2.175 en concertados). Entre otras cosas, la nueva resolución abre la posibilidad a ampliar el número de alumnos por aula de 5 a 7 niños, lo cual dificulta la labor de unos profesionales que ya sufren sobrecarga de trabajo.

En cada aula TEA hay un profesor de pedagogía terapéutica o audición y lenguaje y un técnico de integración social. José Chacón uno de esos profesores, que imparte clases en un centro en Madrid capital, y explica lo que supone incluir más alumnos sin aumentar personal: “En un mismo grupo podemos encontrar un niño de Infantil sin control de esfínteres, otro con episodios conductuales, otro con escapismo… y a ellos se suman alumnos de 4º o 5º de primaria con los que hay que realizar un trabajo social más elaborado y complejo”. Y añade: “Aumentar la ratio imposibilita un correcto desempeño de nuestra labor. Va en detrimento de nuestras condiciones laborales y, por tanto, de la calidad de la educación inclusiva que reciben”.

A esto se suma que la nueva norma contempla a los profesionales de las aulas TEA como “recursos del centro”, lo cual abre la mano a que cuando falten profesores o técnicos en otras aulas, deban asumir también esas sustituciones. “Entendemos que nuestra figura es un ente abierto al centro y a la atención a la diversidad, pero si lo fijamos como norma ocurre que al cubrir ausencias muy recurrentes tenemos que abandonar nuestra labor cotidiana con nuestro grupo habitual de alumnos”, señala Chacón. “El año pasado tardaron un mes en cubrir la baja de mi compañera”, añade.

El tercer punto que denuncian profesionales y familias tiene que ver con los requisitos que se exigen para pertenecer a una de estas aulas de educación especial. Pueden salir con un informe del equipo de orientación del centro. Con lo difícil que es entrar porque son muy exigentes. Si mañana tengo un alumno con evolución positiva. Redactar ese informe supone una salida muy fácil para todo lo que cuesta entrar y en la educación especial no hayh nada lineal. Lo que hoy funciona mañana puede cambiar. Sería un peligro.

Las familias, cansadas

“Cuando crees que ya puedes estar más tranquila, llegan nuevas normas para ponerlo todo patas arriba”, asegura Rebeca, madre de Eric, un niño con autismo de 3 años y medio. “Esta resolución está hecha para parchear, porque con la carga de trabajo que tienen ahora mismo hay veces que no llegan al 100% de los alumnos que los necesitan”.

Eric tiene un grado de autismo que no le permite comunicarse oralmente. Asistió a una escuela infantil privada porque no le dieron plaza en la pública, pero para asistir al aula TEA, uno de los requisitos es haber estado previamente escolarizado 6 meses en un aula de integración. También se exige un diagnóstico emitido por el SERMAS, pero lo tenía por la sanidad privada, porque el sistema público y sus esperas, no llegaba a tiempo para empezar el curso. “La administración nos pone mil trabas para acceder a este servicio”, explica Rebeca. “Sin todos esos puntos y con solo dos plazas en los centros con aulas TEA, era prácticamente imposible, pero recibí ayuda en el propio colegio”.

Coinciden con los profesionales de la educación especial en que el sistema necesita más dotación si queremos la plena inclusión de estos alumnos en el día a día de los centros.

Una resolución con defectos de forma

CCOO ya ha anunciado que impugnará la resolución del gobierno regional. “Es un retroceso grave en la garantía de educación del alumnado con necesidades específicas y en la educación inclusiva en Madrid”, argumenta su portavoz, Isabel Galvin. El equipo jurídico del sindicato insiste, además, en que la norma no ha pasado por la mesa sectorial ni por la comisión de seguimiento del convenio. El recurso incide también en que la resolución no está incluida en ninguna norma previa con rango reglamentario superior y la debería haber dictado el consejero, que es quien tiene el rango correspondiente para hacerlo.

La norma afecta a más de mil profesionales, que junto a sindicatos y familias se movilizarán en una concentración ante la Consejería de Educación el próximo 15 de noviembre.

Fuentes de la Consejería de Educación consultadas por Radio Madrid aseguran que la resolución "deja claro que en ningún caso se atenderá a más de cinco alumnos de manera simultánea en las aulas TEA", aunque a renglón seguido conceden que la normativa "establece que los centros podrán escolarizar hasta dos alumnos más por cada aula TEA que tengan, de manera excepcional y solo en los siguientes supuestos: cuando existan hermanos escolarizados en el centro, para favorecer la conciliación familiar; cuando se trate de distritos o localidades en las que todos los centros ya tengan escolarizados a cinco alumnos por aula autorizada, para evitar desplazamientos alejados del domicilio familiar, y cuando concurra alguna otra circunstancia excepcional que, a criterio del director del centro, justifique esta necesidad".

 
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