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Salud y bienestar | Ocio y cultura

Mayores y verano: recomendaciones y peligros

El calor y la deshidratación son dos de los elementos que más deben preocupar

El verano y sus altas temperaturas presentan algunos peligros concretos para nuestros mayores. / Judith Haeusler

El verano y sus altas temperaturas presentan algunos peligros concretos para nuestros mayores.

Fuenlabrada

Ya está de nuevo el calor entre nosotros y nuestros mayores no están exentos de riesgos. No es una cuestión que se deba tomar a la ligera y como muestra un dato, según el Plan de respuesta, vigilancia y control de los efectos de las olas de calor en la Comunidad de Madrid existe una relación entre la temperatura máxima del día anterior y número de fallecimientos diarios para toda la población y mayores de 74 años. En concreto aumenta un 31% para la población en general y un 36% para los mayores cuando el termómetro supera los 38,5º C.

Eso destaca Fran Soria, geriatra de los Hospitales Universitarios 12 de octubre y La Luz de Madrid, que recuerda que los casos de muertes por golpe de calor son en su gran mayoría dadas en mayores de 80 años.

Esta situación se da cuando la temperatura del cuerpo llega hasta los 40º C, que la piel esté caliente, enrojecida y seca, se produzcan dolores de cabeza, náuseas, somnolencia y sed intensa o episodios de confusión, convulsiones y pérdida de conciencia. “En caso de sospechar una situación de golpe de calor hay que notificar de forma inmediata a los servicios de urgencia”, recomienda.

Ante esta situación qué podemos hacer para cuidarnos en verano, ahí van algunos consejos:

La hidratación- “Los mayores no poseen la misma regulación que el resto de los adultos y es así como no sudan ni tienen la misma regulación de la sed por lo que debemos garantizar su hidratación. En especial en aquellas personas que toman medicaciones como los diuréticos que se usan para el control de la hipertensión arterial o de la insuficiencia cardíaca aumentando el riesgo de deshidratación. Un elemento importante es vigilar la tensión arterial porque quizás debemos reajustar la medicación que tomamos ajustada para un clima previo”, apunta Soria.

La protección solar de la piel- “Evite las exposiciones al sol en las horas centrales del día y en aquellas situaciones de necesidad acérquese a lugares en donde pueda conseguir aire acondicionado en su comunidad. De hecho, el año pasado ha habido ciudades en donde se llegó a instaurar instalaciones llamadas refugios climáticos para hacer frente a las altas temperaturas”, resume el geriatra que recomienda utilizar un protector solar que proteja al menos de la radiación UVB y UVA, y “aplíquelo media hora antes de la exposición y repita cada dos horas”.

Vigile su vestido- “Recuerde el vestir prendas frescas y no gruesas, garantizando no usar aquellas necesarias en otras estaciones; cuide llevar protección para la cabeza”, resume.

Mantenga las medicaciones actualizadas y bien almacenadas- Soria recuerda que es necesario que “actualice la lista de medicaciones y hágales revisar por su personal sanitario de confianza”.

Prevención de caídas- En verano puede haber caídas, pero también el riesgo está presente en el verano cuando se sale con más frecuencia por lo que debemos mantener la misma vigilancia.

Planifique los viajes: “Procuremos garantizar el sano esparcimiento de nuestros mayores y la familia en general” pero hay que “tratar de evitar largos desplazamientos y en aquellos casos donde sea necesario haga descansos cada 2 o 3 horas. Además, en pacientes con situación de deterioro cognitivo procure los movimientos en horas del día con una adecuada iluminación para disminuir el riesgo de desorientación”.

Manténgase en contacto con sus seres queridos- “Procure la supervisión diaria, en especial en épocas de olas de calor donde el riesgo se acentúa”, concluye.

 
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