El Hospital 12 de Octubre forma parte de un ensayo clínico internacional que demuestra que una pastilla frena un tipo de tumor cerebral maligno

Madrid

El Hospital 12 de Octubre de Madrid participa en un ensayo clínico internacional que demuestra que un inhibidor denominado vorasidenib, que se administra vía oral, detiene varios años la progresión de un tipo de tumor cerebral maligno. Se trata del Glioma Difuso grado 2, con mutación del gen proteína IDH. La investigación, liderada por EEUU y en la que colaboran 77 centros y 10 países, acaba de ser publicada en la revista The New England Journal of Medicine y se ha presentado en la sesión plenaria del Congreso ASCO, el principal foro internacional de investigaciones científicas sobre cáncer.

Este ensayo, llamado Índigo y en el que han sido incluidos durante tres años 331 pacientes, concluye que en las personas con glioma con mutación IDH de grado 2 vorasidenib prolongó en torno a 30 meses la supervivencia libre de progresión respecto a la administración de placebo y pospuso más de 40 meses la necesidad de tratamiento, siendo en algunos casos indefinida. Vorasidenib, con riesgo bajo de toxicidad, apenas produjo efectos secundarios destacables en los pacientes sometidos a estudio.

Los gliomas de grado 2 con mutación en el gen IDH, son tumores cerebrales malignos que causan una morbilidad considerable y muerte prematura. Estos tumores crecen continua, aunque lentamente, se infiltran en el cerebro y finalmente se convierten en tumores agresivos con crecimiento acelerado y síntomas graves. Representan en torno al 30% de los tumores cerebrales. Esta nueva terapia con el inhibidor vorasidenib consigue que se preserven y mejoren las capacidades cognitivas y funcionales y por ende la calidad de vida de los pacientes durante años, al detener la progresión del tumor y retrasar los tratamientos agresivos como radioterapia y quimioterapia.

"Ha sido un soplo de aire fresco cuando más lo necesitaba"

El médico Juan Manuel Sepúlveda, coordinador de la Unidad de Neurooncología del Hospital Universitario 12 de octubre, forma parte del ensayo clínico y es el único autor español del estudio. Sepúlveda destaca la predisposición de los pacientes a participar en el ensayo a pesar de que a la mitad de ellos, en un primer momento, se les suministraba placebo, lo que no asegura su recuperación. "Al final, gracias a ellos se han podido demostrar todos los beneficios de este innovador tratamiento", indica Sepúlveda, cuyo objetivo es llegar a cronificar este tipo de enfermedad.

Antonio (nombre ficticio) conoció a Juan Manuel Sepúlveda cuando sus esperanzas se desvanecían. A este madrileño de 39 años le detectaron en 2017 un tumor en el cerebro después de vivir un fuerte ataque epiléptico. Tras dos intervenciones quirúrgicas para extirparle el tumor, Antonio sufrió la paralización de la parte derecha de su cuerpo, lo que le postró en el sofá de su casa impidiéndole hacer una vida normal. En 2020, ante la desesperación al no encontrar un solución a su caso, su neurocirujano le recomendó visitar a Juan Manuel Sepúlveda. Esta vez la suerte sonrió a Antonio, ya que justo en ese momento Sepúlveda se hallaba inmerso en la búsqueda de pacientes para el ensayo clínico Índigo.

Al principio, a Antonio se le administró durante cinco meses placebo, y al ver que el tamaño del tumor cerebral había aumentado, desde el equipo médico de Sepúlveda se decidió darle el tratamiento vorosidenib. La nueva medicación empezó a hacer efecto a los pocos meses, lo que supuso un notable mejora en la calidad de vida de Antonio y poco a poco va recuperando su vida anterior. "Aunque todo lo que he pasado hace que mi vida anterior me parezca muy lejana, estoy recuperando mi vida social; quedar para dar un paseo o a comer era algo impensable hace un año", señala Antonio emocionado recordando su progreso. "Mi punto de vista estaba estancado en el hoy, en el ahora, y esta recuperación me da fuerza para pensar en el futuro. Es un soplo de aire fresco cuando más lo necesitaba", afirma Antonio.