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"Los abogados de oficio cobramos la guardia a nueve euros la hora y tenemos que estar disponibles un día entero, los baremos no han cambiado desde 2003"

Radio Madrid sigue a una abogada durante su guardia de veinticuatro horas justo cuando miles de letrados de oficio se concentran delante del Congreso para pedir mejoras salariales, pero también la desconexión digital y la conciliación familiar

Una abogada de oficio de guardia

Una abogada de oficio de guardia

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Madrid

Hoy Virginia ha tenido suerte. No le han levantado de madrugada como aquella vez en que el Colegio de abogados le despertó a las 03:00h para asistir a un detenido en Arganda. Nos citamos, ya de día, delante de una de las comisarías del Vallecas. En la entrada, tras identificarse, se tiene que enterar a quien viene a asistir. Los agentes le entregan un documento con los datos de la persona detenida y su delito :"Es un hurto, y un delito contra la seguridad vial". En comisaría le informan de los elementos fundamentales de la detención pero no de sus circunstancias. Así que espera un poco y pronto le llaman para entrevistarse con el apresado. En muchos de los casos, si los pormenores no están muy claros, ella suele aconsejar a sus patrocinados no declarar en comisaría, y en cambio hacerlo en el juzgado, donde ella tendrá acceso al atestado más completo. En la espera, llega otro abogado a la sala donde me encuentro. "Vengo a asistir a una mujer en un caso de violencia de género. Lo único, que me han dicho los agentes que ella también está detenida. No sé si porque también agredió a su pareja o porque empezó la riña. De todas maneras me va a tocar estar aquí de plantón porque la mujer es sorda y no es española, así que la cosa se va a complicar ". Las permanencias en comisaría pueden superar las dos horas. Virginia ha tenido en la comisaría dos asistencias. Llama al Colegio. "¿No tienes suficiente con lo que has visto hasta ahora?" le pregunto. Me contesta que durante la guardia tiene que defender a cinco personas, por eso les telefonea para saber cual es lo próximo.

Manifestación turno de oficio

Manifestación turno de oficio / Virginia de la Cruz

Manifestación turno de oficio

Manifestación turno de oficio / Virginia de la Cruz

"Ahora le van a leer sus derechos"

El siguiente es otro detenido esta vez en una comisaría del Distrito de Salamanca. Se entrevista con él en las escaleras que llevan a los calabozos. "¿No sabe por qué está aquí?". Niega con la cabeza y explica que la noche anterior mientras conducía su ciclomotor la policía le dio el alto y lo arrestó. Virginia lo acompaña ante el agente para la toma de declaración. Su carnet de conducir tiene mal aspecto, pero puede que se solucione. Será puesto en libertad. Le leen los derechos - todo muy cinematográfico - "tiene usted derecho a guardar silencio y a no declarar en su contra … también tiene derecho a un abogado". Virginia le escribe en un papel su teléfono y queda que por la tarde hablará con él. Le pregunto si trata igual a los clientes particulares que a los del turno de oficio. Me mira y me dice : "pues claro". Nueva llamada, próxima parada: Plaza de Castilla.

Calabozos de los juzgados de la Plaza de Castilla

En la Plaza de Castilla, lo primero es pasar dentro de la sala del Colegio de Abogados. Allí le informan de lo que va a hacer. Tiene dos juicios rápidos. Uno por una alcoholemia y otro por el hurto de un teléfono móvil. El primero se salda con un acuerdo con la fiscal. Es un joven que había bebido dos copas y se marchaba de la fiesta en coche. El acuerdo es bueno porque solo le quedarán cuatro meses de multa y por supuesto le quitan el carnet de conducir durante casi un año. Deprisa Virginia va al siguiente juzgado. La funcionaria del juzgado le increpa porque "¡su señoría le está esperando y usted no está atenta!", nuestra letrada se indigna porque le han coincidido las dos vistas "¡no tengo el don de la ubicuidad!" se defiende la letrada. Tras lo cual, bajamos a los calabozos. Desde la puerta, ya se oye un buen guirigay. Hay dos salas y un pasillo que sale de la más pequeña, no más grande de 20 metros cuadrados. La única aireación es un ventanuco rectangular cerca del techo. En esta sala hay una decena de abogados sentados esperando turno para entrevistarse con los detenidos en los locutorios y otros tantos de pie, fuera en un pasillo. El ambiente no sería el mejor para no propagar una enfermedad infecciosa. La periodista se pregunta cómo puede ser que entre todo ese ruido, los letrados puedan oír la voz de sus defendidos y no se desesperen. Me dicen que se desesperan y que es muy difícil oír a sus patrocinados pese a que se comuniquen con ellos a gritos. Gajes del oficio

Myriam Soto

Myriam Soto

Redactora de Radio Madrid

 
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