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Los graves riesgos para la salud que puede indicar una infección de orina en los mayores

Charlamos sobre ello con el geriatra Fran Soria

Entrevistamos al geriatra Fran Soria sobre los problemas que conlleva una infección de orina en los mayores

Entrevistamos al geriatra Fran Soria sobre los problemas que conlleva una infección de orina en los mayores

08:37

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Fuenlabrada

Una situación aparentemente simple e intrascendente como una infección de orina puede ocultar o prevenir sobre amenazas mucho más graves cuando hablamos de la salud de los mayores.

De ello alerta Fran Soria, geriatra del Hospital Universitario 12 de octubre y del Hospital Universitario La Luz de Madrid, que reconoce que son de las infecciones más comunes en los ancianos.

Soria cita al Centro de Control de Enfermedades de los EEUU para definir esta situación. “Las infecciones urinarias son infecciones comunes que ocurren cuando entran bacterias a la uretra, generalmente de la piel o el recto, e infectan las vías urinarias. Pueden afectar a distintas partes de las vías urinarias, pero la infección de vejiga o cistitis es el tipo más común”, explica.

Las infecciones urinarias son más frecuentes en los mayores por varios factores que influyen en la elevada incidencia de bacteriuria asintomática como la presencia de sonda urinaria, las enfermedades neurológicas (accidentes cerebrovasculares, enfermedad de Alzheimer…), la pérdida de capacidad funcional del anciano, el uso previo de antibióticos, enfermedades como la diabetes mellitus…

Confirma que las mujeres son más susceptibles a infección urinaria por atrofia urológica, con disminución del tono de la vejiga muchas veces por pérdida del estímulo hormonal estrogénico o los propios partos múltiples, que producen daños en los mecanismos de soporte del suelo pélvico.

Las infecciones urinarias tienen una sintomatología de “dolor o ardor al orinar, orinar con frecuencia, sentir la necesidad de orinar a pesar de que la vejiga esté vacía, sangre en la orina, presión o retorcijones en la ingle o la parte inferior del abdomen, fiebre, escalofríos, dolor en la parte baja de la espalda o en el costado y náuseas o vómitos”, enumera Soria. “El olor de la orina probablemente varía según el grado de concentración por lo que siempre hay que tomar en cuenta que la orina concentrada puede ser señal de deshidratación”, añade.

“En el paciente con deterioro cognitivo o demencia puede manifestarse por cuadros agudos de fluctuación en el nivel de conciencia y cuadro confusional”, concluye el geriatra.

La gran pregunta es si hay manera de prevenir estas infecciones, más allá de la detección rápida, una hidratación adecuada, prevenir el estreñimiento, el aseo de la zona y vigilar los efectos secundarios de tratamiento de fármacos.

 
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