Conozcamos la historia de Gascones

Gascones

Este lunes toca volver a calzarse las zapatillas y coger la mochila para viajar hasta Gascones, un municipio que forma parte de la familia 'No Lozoya', pero que también forma parte del valle. Puede considerarse, por ello, uno de los grandes desconocidos dentro de ese grupo, aunque no por ello tiene por qué ser menos interesante.

Si uno se para a pensar en el origen del nombre de Gascones, puede encontrar que no dispone de un origen tan claro como ocurre con otros casos cercanos. La teoría más extendida es que viene de la repoblación del lugar por habitantes procedentes de la región francesa de La Gascuña, a quienes se llamaba “gascones”.

En lo puramente referente a su origen histórico, este se remonta, nuevamente, a la reconquista de Toledo y el posterior privilegio de Alfonso VI de Castilla a Buitrago para fomentar la repoblación en la zona y facilitar la comunicación entre las submesetas Norte y Sur. Y, tras su origen como territorio, se convirtió en un lugar rico en ganadería, llegando a convertirse en la base de su economía, ya que las condiciones del suelo no eran muy buenas y la agricultura escaseaba.

Gascones también formó parte de una comunidad organizada en cuartos, que se destinaba a favorecer una mejor administración. En su caso, al de los Aledaños, junto a las localidades de Gandullas, Cincovillas, La Cabezada y Palomar. Pero, antes, es necesario remontarse hasta el siglo XII. Ahí vemos que la comunidad ya formaba parte de un señorío, teniendo como señor a Íñigo López de Orozco, señor, a su vez, de la Casa de Orozco, en Vizcaya, de Hita y de Buitrago. Y no fue hasta el siglo XVI cuando Gascones formó concejo junto a esos núcleos de población, La Cabezada y Palomar, ambos despoblados a partir del siglo XVII. De hecho, en 1528, en el Censo de Pecheros de Carlos I, aparecen contabilizadas juntas las tres localidades anteriores y la de Cinco villas (Puentes Viejas), si bien, al final, Gascones se quedaría con la población de los otros territorios.

Del siglo XVIII, podemos encontrar el Catastro del Marqués de la Ensenada, las Descripciones del Cardenal Lorenzana o el Censo de Floridablanca. Por el primero se sabe que, en 1751, seguía formando parte de la Villa y Tierra de Buitrago, que no tenía un territorio señalado y que su población (formada por labradores, jornaleros y pastores) era de 33 vecinos.

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Ya, en 1832, con la desaparición de los señoríos, Gascones dejó de formar parte del Ducado del Infantado. Y también formó parte de la reorganización territorial de 1833, provocando su separación de la provincia de Guadalajara y su integración en la de Madrid, dentro del partido judicial de Torrelaguna.

En lo que respecta a sus curiosidades, cabe mencionar la Iglesia de Santo Tomás, que se distribuye por todo el núcleo urbano y es la más antigua, y una serie de dependencias agropecuarias, siendo de tres tipos: casonas, pajares y cortijos, cada uno destinado a guardar un tipo de ganado diferente. Aunque tampoco pueden olvidarse los poblados medievales

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