"¡No tiene sentido!": un error administrativo devuelve a la cárcel a un hombre que disfrutaba ya del tercer grado penitenciario en Madrid

Madrid

Danny tiene 35 años. Fue condenado a doce años de prisión cuando tenía veinticuatro. La razón ahora no tiene importancia porque en julio de 2021 comenzó a vivir en el Centro de Inserción Social de Alcalá de Henares. Disfrutaba del tercer grado penitenciario, con lo cual vivía en régimen de semi libertad, es decir, que sólo debía ir a dormir allí y que tenía derecho a trabajar. Sonia, su novia, explica a Radio Madrid que nunca se quedó quieto: "Trabajó de mozo de almacén, en logística, de mensajero y actualmente ejercía de repartidor en Talavera de la Reina, en una empresa cárnica con sede en Murcia."

Un error, según la empresa

Los funcionarios del CIS explicaron a Danny que en su vida laboral aparecían tres días sin justificar, precisamente los tres primeros del mes de marzo, cuando él había comenzado su contrato de transportista en la empresa cárnica. Con gran desazón, se puso en contacto con su novia que rauda lo puso en conocimiento de la empresa. Esta, a su vez, envió varios justificantes al centro de inserción, en los que explicaba lo ocurrido : "El Señor Danny N. M lleva prestando sus servicios en esta empresa desde el uno de marzo de 2023 pero, por un error, no se le pudo de dar alta hasta el día 7 de marzo". La sociedad añade que la sede de ésta se encuentra en Murcia, pero que también reparte en Talavera de la Reina donde tiene sus instalaciones de aprovisionamiento. Estas misivas están fechadas el 10 de marzo. El 15 se reunió la Junta de Tratamiento, para entonces Danny ya llevaba varios días sin poder salir del centro. Al día siguiente por la tarde, fue trasladado la prisión de Madrid II (Alcalá-Meco) por considerarse que no había acreditado bien lo solicitado.

Esa misma tarde, Sonia, desesperada, explicaba que le parecía "muy fuerte regresar a Danny al segundo grado por tres días que no había justificado" y se corregía, "sí que están justificados, de hecho la empresa acredita que ha sido un error suyo no darle de alta el mismo día que empezó a trabajar". Las empresas suelen actuar de este modo, de hecho, tienen hasta tres días para poder dar de alta a sus empleados, explica José Antonio López, abogado de la firma Lofi Consulting, quien insiste en que el interno está totalmente insertado y que "ha presentado toda la justificación documental de que esos días ha estado trabajando". No solo eso, sino que además "la empresa lo justifica y ha sido un error de ellos". Añade que la falta "no es imputable a Danny, que no ha cometido ningún fraude de ley, sino que por un mero acto de administración de la empresa -que reconoce que lo que se ha producido ha sido un error- le retrotraen al segundo grado penitenciario y le dejan sin efecto la posibilidad de salir a trabajar a la calle. ¡No tiene sentido!", señala. Por todo ello, ha interpuesto un recurso ante el juez de vigilancia penitenciaria.