Conozcamos la historia de Valdeolmos-Alalpardo

Valdeolmos-Alalpardo

Esta semana, nos adentramos en la historia y los datos más curiosos de las localidades de Valdeolmos y Alalpardo que, hoy en día, están unidas, pero que en el pasado, se desarrollaron por separado, acogiendo cada una importantes eventos, pero que han terminado uniéndose y, por tanto, juntando su historia. Prueba de ello puede ser el origen del nombre de cada uno; en el caso de Valdeolmos, se debe a la transformación de la expresión “valle de olmos”, en referencia a su situación física entre los arroyos El Casar y Calderón y por la gran cantidad de olmos en el lugar.

En cuanto a Alalpardo, no tiene un origen claro; se piensa que puede ser de procedencia árabe, y obedecería a la denominación “Aldea el Pardo”, utilizada durante los S. XVI y XVII y que vendría a significar “población pequeña en tierra de labranza de color oscuro”.

Si retrocedemos hasta la Edad Antigua y nos establecemos en la civilización romana, lo que ahora ocupa ese término municipal se situaba en la provincia tarraconense, incluido en el convento de Cesaraugusta, conocida hoy en día como Zaragoza. Asimismo, Alalpardo se situaba en la mansión XX de la vía Mérida-Zaragoza, en el ramal que, desde Complutum, se dirigía a la meseta superior a través de Armántica, la actual Talamanca, constituyendo un punto de parada y descanso.

A finales del S. IX d.C., en pleno dominio musulmán, Valdeolmos y Alalpardo, como el resto de localidades de la zona, sólo eran unas cuantas cabañas de labradores, cuya finalidad consistía en acercar la población a su labor diaria. Y se mantuvieron así durante toda la etapa de presencia musulmana al impedir los constantes ataques de las huestes cristianas otro tipo de desarrollo y verse obligada su población a una labor continua de reconstrucción.

Por otro lado, entre esos años, se incorporaron a Castilla por el año 1084, como partes integrantes de la Comunidad de Villa y Tierra de Talamanca, que agrupaba los actuales términos municipales de Talamanca, El Casar; El Vellón, Fuente el Saz El Molar, Algete, Valdepiélagos, Valdetorres, Zarzuela del Monte y Valdeolmos-Alalpardo. Más tarde, el rey Alfonso VI las donó al Señorío Prelaticio de la Iglesia de Toledo, como premio al Arzobispo Bernardo por los servicios prestados en la conquista de Madrid y Toledo. Incorporación que sería confirmada por una bula papal en el año 1127.

Más adelante, Alfonso VII las convertirá en señorío nobiliario al eximirlas del arzobispo de Toledo y entregarlas a la condesa Doña Urraca Fernández, hija de Fernando García de Hita. Aunque su nieto, Alfonso VIII, las reincorporó al Arzobispado de Toledo, pero veinticuatro años más tarde las recuperó de nuevo para el poder real. Sin embargo, volvieron a manos del Arzobispo de Toledo en 1214, siendo el responsable de ello, en este caso, Enrique, como agradecimiento particular por haber asistido a los difuntos reyes Alfonso VIII y Leonor de Inglaterra, en sus enfermedades y últimas necesidades espirituales.

Si nos paramos a pensar en el momento en el que ambas localidades se unieron, hay que irse hasta 1845 cuando se procedió a la incorporación de Alalpardo al Ayuntamiento de Valdeolmos, en concepto de localidad agregada. Y, pasando a la primera mitad del siglo XX, podemos ver que la confirmación oficial de la progresiva consolidación de Alalpardo como núcleo principal del municipio se produjo en 1943, cuando se autorizó al Ayuntamiento de Valdeolmos a cambiar la capitalidad del municipio de Valdeolmos, donde actualmente radica, a Alalpardo.

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