El fracaso de las viejas políticas de vivienda: por cada piso nuevo de protección oficial en Cataluña se pierden cuatro
Más de 100.000 familias están inscritas al registro catalán de solicitantes de vivienda protegida, según datos que adelanta la SER
La fachada de uno de los edificios en construcción del barrio de la Marina del Prat Vermell, en Barcelona. / Sara Corsellas
Barcelona
Por cada piso nuevo de protección oficial que se crea en Cataluña se pierden cuatro. Son viviendas que pueden entrar al mercado libre y venderse a un precio superior. El país está pagando ahora las consecuencias de una política de vivienda fallida en las últimas décadas, que promovía especialmente la vivienda asequible de propiedad y ponía fecha de caducidad a la protección oficial. Todo esto ocurre mientras en el registro de solicitantes de viviendas protegidas hay 100.304 familias inscritas, según los últimos datos del Govern que adelanta SER Catalunya.
En 2024, en Cataluña se calificaron 1.893 pisos de protección oficial, sin embargo, más de 7.116 perdieron esa condición. El saldo es negativo: 5.223 viviendas protegidas menos. Y este año, según datos del Govern en respuesta parlamentaria, caducarán 7.853 viviendas más.
Saldo de la vivienda protegida en Cataluña en 2024 / Pol Valero
Saldo de la vivienda protegida en Cataluña en 2024 / Pol Valero
La promesa de 50.000 pisos nuevos vs. la realidad de los 32.000 que caducan
Uno de los caballos de batalla de la legislatura de Salvador Illa es la promesa de construir 50.000 viviendas públicas antes de 2030. Sin embargo, en el mismo periodo de tiempo, en los próximos cinco años, 32.005 viviendas perderán la protección oficial (3.012 en la ciudad de Barcelona). Y antes de 2035, la habrán perdido un total de 44.326 pisos.
Habitatges protegits que caduquen cada any / Pol Valero
Habitatges protegits que caduquen cada any / Pol Valero
Actualmente, en Cataluña hay 96.692 pisos protegidos, tanto de promoción pública como privada. De estos, solo 37.067 (38%) tienen protección permanente. El resto, casi dos tercios, perderán la protección tarde o temprano. Y de estos, 19.651 pertenecen a promotores públicos, como el govern, ayuntamientos o diputaciones, es decir, fueron construidos con dinero público.
La "rémora" de las antiguas promociones
Desde las administraciones señalan que la situación actual es consecuencia de políticas de vivienda aplicadas durante décadas, pero que no han tenido éxito a largo plazo. "Tenemos pocos mecanismos para evitar que estas viviendas construidas hace más de 40 años pierdan la calificación", explica Eloi Cortés, concejal de vivienda de Sabadell. "Tenemos mucho trabajo por delante para vencer esta inercia", añade. Su ciudad perderá 735 pisos protegidos en 2025. Mientras tanto, según los últimos datos, la ciudad recibe cada año 2.754 solicitudes de familias en lista de espera para acceder a una vivienda asequible.
Años atrás, la vivienda protegida era sobre todo en régimen de compra. De hecho, de todo lo que se ha perdido en los últimos dos años, solo un 1% era de alquiler, que es precisamente la modalidad que ahora se quiere potenciar. Las administraciones también reclaman más herramientas para garantizar que todas las nuevas viviendas protegidas tengan una calificación permanente.
