Habla el cuidador de la orca Ulises: "Llegará un día que nos parecerá un horror tener animales en jaulas"
De media, de diez ejemplares de animales, sólo un sobrevive y llega a los zoológicos, explica Albert López, cuidador del animal durante 14 años
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Albert López, excuidador de l'orca Ulises: "Arribarà un dia que ens semblarà un horror tenir animals en gàbies"
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Barcelona
El 9 de febrero de 1994, una grúa gigante sacaba una orca del zoo de Barcelona, de cuatro toneladas de peso. Era la orca Ulises. Llegó a la capital catalana en 1983 y se convirtió en todo un fenómeno, como también lo era el gorila albino Copito de Nieve. Once años después, el recinto le quedó pequeño. El 1 de febrero de 1994 realizó su última actuación en este zoo, y una semana después, el 9 de febrero lo trasladaron en avión hasta Estados Unidos, hacia San Diego, donde seguiría haciendo espectáculos. Hoy en día todavía vive, tiene 58 años, aunque ya está jubilado de los shows, sólo da cuatro saltos en un espectáculo y fecunda hembras.
"Mientras sea fértil, irá haciendo; después acabará muerto de asco. Es la condena de todos los cetáceos en cautividad", quien lo dice es Albert López, quien fue cuidador durante 14 años, y que 31 años después, ha pasado por el Aquí Catalunya para recordar su paso por el Zoo de Barcelona. Asegura que estableció un vínculo fuerte, pero reconoce que sería "pedante" decir que cuando en el 2022 viajó a San Diego para reencontrarse, la orca le identificó: "Quien casi no lo reconoce soy yo, que dentro de la piscina había tres orcas y pensaba que Ulises no era uno que al"
Un cambio de mentalidad
De media, de diez ejemplares de un animal, sólo uno sobrevive y llega a los zoológicos. ¿El resto? Mueren por el camino, explica López, ya sea durante la captura, traslado y adaptación. En esta conversación recuerda que en los casos de las orcas, para capturarlas, deben ser separadas las crías de las madres, asesinando a las adultas. Después, explica el excuidador que les ponen piedras en la barriga para que los cadáveres se hundan. "Dentro de unos años todo esto nos parecerá una atrocidad", expresa, "pero hace falta un cambio de mentalidad. En términos humanos, lo que les hacen es una salvajada".
Está convencido de que Ulises no es más feliz en San Diego que en Barcelona, "aunque la piscina sea mayor, sigue siendo una jaula para los animales". Que la orca en la capital catalana necesitaba más espacio lo sabían desde el principio, sostiene. El excuidador confía en un cambio de mentalidad en un futuro que lleve al fin del cautiverio de los animales con estos objetivos, "el paradigma de los zoológicos no funciona, está obsoleto", concluye.
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Laura Estrada
Periodista, part de l'Aquí Catalunya i del podcast Agafa el telèfon. Acaricio gats i odio la pinya.