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Me Too Gay: "Me desperté en el suelo de la ducha desnudo, no sabía qué había pasado"

El movimiento #GayMenToo, impulsado por Emilio López (@_emirau), ha recogido decenas de testimonios de hombres que han sido agredidos sexualmente por otros hombres

"Me desperté en el suelo de la ducha desnudo, no sabía qué había pasado", el Me Too gay

"Me desperté en el suelo de la ducha desnudo, no sabía qué había pasado", el Me Too gay

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Barcelona

Era una fiesta en casa de unos amigos, un ambiente seguro. Antonio (nombre falso) tomó GHB. No recuerda si se pasó con la dosis, o alguien le puso más en la bebida. La única imagen que tiene es la de él tres horas después: "Me desperté en el suelo de la ducha desnudo, no sabía qué había pasado". Poco después le contaron que tres chicos se habían aprovechado de él mientras estaba inconsciente, uno de ellos un conocido suyo.

Esta es la última agresión sexual que sufrió Antonio y que le llevó a denunciar públicamente, aunque de manera anónima, las tres agresiones sexuales que ha vivido. Una situación más que común en el mundo LGTBI que se ha normalizado tanto que se ha ignorado. Es ahora cuando los hombres que han sufrido agresiones por parte de otros hombres se han unido para denunciarlas bajo la etiqueta #GayMenToo, impulsada por Emilio López, @_emirau en Instagram.

Siempre receptivos

La agresión que sufrió Antonio no fue algo puntual. Las agresiones sexuales dentro del mundo LGTBI son mucho más frecuentes de lo que se conoce tanto en el círculo íntimo como fuera de él. Fran estaba en un festival de música cuando le agredieron por última vez. Alguien le llamó mientras iba al baño, "pensaba que le conocía y fui hacia él", pero no. El chico le dijo un par de piropos, Fran le sonrió amablemente, le dio las gracias y cuando se marchaba para seguir su camino, el chico le cogió del brazo y le acorraló en una de las barras: "Me forzó un beso, me cogió la mano y me las puso en sus genitales". En ese momento Fran no supo reaccionar, quería irse lo más lejos posible de su agresor y se fue a buscar a sus amigos "con mucha confusión".

La última agresión de Antonio también fue en ambiente de ocio, de fiesta, pero no fue la única. Recuerda perfectamente la primera agresión que sufrió con el que fue su pareja durante más de un año. "Volvía de viaje y tenía ganas de tener sexo. Yo no tantas", ha recordado Antonio, "me forzó, básicamente". No hubo violencia física, pero sí un "no" de Antonio que su pareja no respetó. Siguió con él durante seis meses sin ser consciente que "te pueden violar con todo el amor del mundo". La segunda agresión que sufrió Antonio también fue con alguien con quien había compartido más de un encuentro sexual. "Sería la tercera vez que quedábamos y me penetró con mucha violencia, sangré varios días después". Antonio intentó luchar, zafarse, "sobrevivir", pero su agresor le inmovilizó hasta que terminó. No recuerda como salió de esa casa, solo que "hacía S por la calle". Después de esto, traumas: "He estado con personas manteniendo relaciones sexuales y he tenido un ataque de pánico".

Antonio al principio no lo contó en parte por la autojustificación, de que "estas cosas pasan" y en parte por la autoprotección, de no aceptar la realidad que le ha pasado. Tampoco lo hizo Fran, que tenía miedo de "romper el buen rollo" del festival. Pero tampoco lo hicieron por el miedo al qué dirán. Cuesta ser hombre y contar que han abusado de ti. A Fran le han llegado a decir que el abuso entre hombres gais no existe, porque "por su instinto" siempre están dispuestos al sexo: "Dan por hecho que tenemos que estar receptivos y decir sí, siempre".

#GayMenToo, volver a salir del armario

Ni Fran ni Antonio lo contó al principio, pero lo han acabado haciendo. Uno a su pareja y amigos unos días después. El otro, a sus amigas mujeres, le hacía sentirse más cómodo por su "bagaje político y social". Lo que sí hicieron ambos fue compartirlo a través del perfil de Emilio López, de manera anónima y con el objetivo de "visibilizar lo que está arraigado dentro del colectivo". Tiene mucho que ver, ha defendido Antonio, el movimiento feminista, "clave para identificar estas violencias y poder explicarlas. Desde microagresiones, como un tocamiento en la discoteca, hasta agresiones tan fuertes como las que han explicado Antonio y Fran. "Me di cuenta de que era algo muy normalizado, se sabía que pasaba, pero nadie se atrevía a hablar", ha explicado Emilio López, impulsor del movimiento.

El #MeToo, el #Cuéntalo o el #SeAcabó han sido la semilla que ha dado paso al #GayMenToo. Casos como los de Íñigo Errejón o periodistas catalanas, como Mar Bermúdez, que denunciaron a sus superiores, han marcado el inicio de este movimiento. "Después de lo de Errejón hice un post de not all men, pero always men". Lo que pretendía Emilio era mostrar como "en la mayoría de casos los que abusan y violan son hombres, y muchas veces son bisexuales y gais; la orientación sexual es independiente de si eres un abusador". Y así lo ha hecho, decenas de personas se han sumado a este movimiento que va "in crescendo", según ha explicado su impulsor.

La vergüenza de denunciar

Antonio no se atrevió a denunciar sus agresiones a la policía, no se sentía seguro ante un órgano que considera "poco feminista e insensible en temas de género y LGTBI". Fran tampoco: "Muchas veces la policía no es aliada, no sabes si te entenderán o si serán empáticos". En este sentido, Emilio ha apuntado otros motivos más allá del miedo a ser cuestionados, como el "no saber identificar" una agresión, por falta de educación sexual e imitación de la pornografía; o también por el miedo a que se descubra su orientación sexual: "Denunciar implica salir del armario".

Desde los Mossos d'Esquadra, la inspectora Montserrat Escudé ha constatado que no se pueden permitir "que una persona vaya a denunciar y se la cuestione". Así pues, ha asegurado que en el cuerpo hay policías formados en atender a las víctimas, con formación sobre qué implica ser una víctima de violencia sexual. No obstante, Escudé ha admitido la diferencia de género a la hora de denunciar una agresión: el 85% son mujeres y el 15% son hombres. Una diferencia que se atribuye no tanto al número de víctimas, sino a los prejuicios: "A las mujeres se nos ha atribuido históricamente la condición de cuerpos violables". Es por eso que los hombres dudan todavía más antes de poner una denuncia, aunque cada vez más hombres deciden compartir y denunciar sus agresiones, en gran parte, gracias a movimientos como el que ahora ha empezado: #GayMenToo.

Laura Polo Dalfó

Laura Polo Dalfó

Redactora, productora, reportera i el que faci falta a El Balcó de SER Catalunya. Graduada en Periodisme...

 
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