El Tribunal Superior de Cataluña deberá pronunciarse sobre la eutanasia a una joven de 23 años cuyo padre ha pedido paralizar

Barcelona

Un Juzgado Contencioso de Barcelona ha mantenido la suspensión de la eutanasia que debía recibir una joven de 23 años, con una lesión grave, tal y como ha avanzado la SER. La joven debía recibir la muerte digna el pasado viernes 2 de agosto en el Hospital Residencial Sant Camil, de Sant Pere de Ribes, pero la justicia suspendió el procedimiento in extremis horas antes de que se le aplicara la muerte asistida, tras la demanda del padre de la joven, que quiere impedir la eutanasia con el argumento de que su hija no está en condiciones de decidir y que lo que está intentando es un suicidio encubierto.

Este miércoles, tras una vista para escuchar a las partes, la magistrada ha decidido declararse incompetente para resolver el asunto y ha pasado el caso al Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC). El tribunal considera que debe ser el alto tribunal catalán quien resuelva el asunto, que no tiene precedentes, dado que la joven cuya eutanasia está ahora en manos de los jueces había pasado todos los avales médicos, incluido en de la Comisión de Garantías y Avaluación, del Departamento de Salud. De hecho, según informan fuentes judiciales a la SER, en las últimas horas el mismo juzgado ha recibido otra demanda casi idéntica que pretende anular también una eutanasia ya concedida, en este caso a un hombre de cerca de 50 años.

La joven sufre varias patologías de salud mental —bipolaridad, trastorno límite de la personalidad y depresión—, además de una lesión medular grave que la dejó sin movilidad, en silla de ruedas, tras intentar suicidarse, hace dos años, saltando de un quinto piso. Su padre, representado por la asociación ultracatólica Abogados Cristianos pide que se le retire la muerte asistida porque su petición, consideran, está viciada.

"Los problemas físicos que ella ha tenido son producto de un intento de suicidio, así que su solicitud de morir es previa a los problemas físicos y consecuencia de sus problemas mentales; así que entendemos que tiene que estar en tratamiento psiquiátrico para que esas ideas suicidas se las quiten, en lugar de suministrarle la eutanasia", ha asegurado el abogado de la asociación, Jose María Fernández a las puertas del juzgado.

La vista ha enfrentado a la fiscalía y la Generalitat contra el padre de la joven. La Generalitat, según fuentes jurídicas, ha pedido suspender las medidas cautelares para retomar el proceso de eutanasia que ha pedido la joven y que ya había recibido el aval de todos los expertos, médicos y juristas. La Administración ha añadido, además, la falta de legitimidad del padre para frenar este proceso, dado que su hija es mayor de edad y solo a ella le corresponde decidir si quiere morir dignamente. Una cuestión, esta última, que deberá dirimir el TSJC, que según los abogados de la Generalitat y la fiscalía tiene la competencia para decidir.

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Asociación Derecho a Morir Dignamente: "Nadie pide la eutanasia porque sí"

Desde la Asociación de Derecho a la Muerte Digna, Cristina Vallès recuerda que nadie pide la eutanasia si no la necesita. "Si la comisión ha dado su aval, es que se cumple uno de los dos contextos eutanásicos: o que sufre una enfermedad grave que no tiene solución o en una situación de sufrimiento tal que supera su capacidad de soportarlo".

Y es que el proceso para conseguirlo no es nada sencillo, ya que requiere la doble aprobación —con un periodo de reflexión obligatorio de 15 días— de dos médicos distintos, para luego someterse a un tercer filtro: el de la Comisión de Garantías, formada por expertos juristas y sanitarios. "Es un proceso largo, complejo y garantista", añade Vallès, "y solo la propia persona puede pedir la eutanasia y debe hacerlo sin presiones familiares de ningún tipo, ni a favor ni en contra".