El bucle malicioso: dos se pelean y los terceros, reciben
'Dudas Razonables', el comentario de Josep Cuní
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Barcelona
El mismo día, ayer, que por la mañana en el Congreso, Pedro Sánchez se reafirmaba en su nueva posición sobre el Sahara occidental e intentaba tranquilizar a sus señorías diciendo que Argelia lo entendía, por la tarde el país norteafricano rompía sus relaciones de amistad, buena vecindad y cooperación establecidas en un documento de 2.002. Algo no cuadra.
Mientras, Bruselas, por fin, daba luz verde a la excepción ibérica, a través de la cual, España y Portugal pueden intervenir puntualmente el precio del gas para rebajar el recibo de la luz. No solo la decisión que se hizo de rogar llegaba más tarde de lo que Moncloa esperaba, sino que parece haberlo hecho cuando se teme un potencial rebrote del precio de esta energía a causa del conflicto diplomático. Porque, no olvidemos que casi la mitad del gas que necesitamos proviene de Argelia y que esta fuente de energía es la que hizo mantener difíciles equilibrios de España con Marruecos a causa siempre del conflicto saharaui que, no lo olvidemos, lo es por la vergonzosa descolonización española en tiempos del franquismo intubado.
Que Argelia sea amigo principal de Rusia y que su ejército reciba armas de Moscú, mientras que Rabat lo es de Estados Unidos y recibe lo propio desde Washington ayuda a entender que España está sometida a una pinza que es la que se mueve detrás de la guerra que se libra en Ucrania.
La duda razonable es cómo salir de este bucle malicioso con el que se demuestra que dos se pelean, y los terceros reciben. Directa o indirectamente. Pero siempre en sus economías, que son las que se dirimen detrás de las armas que se ofrecen y delante de los pueblos que lo sufren.