Cuatro empresarias palentinas han participado en la jornada de COCEMFE con motivo del 8M
Apostar por la inclusión de mujeres con discapacidad en el ámbito laboral para no perder “talento”, una de las conclusiones de la jornada

Apostar por la inclusión de mujeres con discapacidad en el ámbito laboral para no perder "talento”, una de las conclusiones de la jornada de Cocemfe con motivo del 8M / COCEMFE

Palencia
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, COCEMFE CASTILLA Y LEÓN ha realizado este 7 de marzo un conversatorio con mujeres empresarias palentinas para compartir sus logros y también sus necesidades e inquietudes en relación con la incorporación laboral y con el emprendimiento de mujeres con discapacidad.
“Mujer, discapacidad y emprendimiento”. Esta combinación no exenta, en ocasiones, de prejuicios sociales, posibilita la inclusión, la diversidad y la sostenibilidad en las empresas. Así lo han constatado las distintas ponentes de la jornada.
Ana Rosa Rueda, conocida por su empresa de animación y organización de eventos, preside la Asociación de empresarias palentinas, un colectivo que surgió para dar visibilidad al trabajo de las mujeres y se ha convertido en “un espacio para compartir experiencias, logros y también preocupaciones. Un lugar de encuentro de mujeres con ganas de aportar y sentirse útiles”. Y en ese esfuerzo conjunto, han detectado que falta “mucha información y formación entre ellas sobre el mundo empresarial”.
Para Nuria Rodríguez Sánchez, gerente de Ecovisc, taller de confección sostenible situado en Valladolid, poner en marcha su negocio fue un gran desafío, pero su propia discapacidad “nunca fue un impedimento”. Funcionaria de profesión, decidió emprender con un objetivo claro: “Dar oportunidad de trabajo y mejoras personales y profesionales a mujeres que lo han tenido muy difícil. Así, la confección se convierte en un instrumento terapéutico”.
Virginia Pérez Jiménez, propietaria del Centro de estética Pura Belleza, de Palencia, eligió crear su propio negocio después de trabajar en una fábrica. No ha contado con ayuda, salvo la familiar y la colaboración de COCEMFECYL, pero su discapacidad no ha sido una barrera para cumplir “un sueño”: una clínica de estética, a la que ha dotado de todos los elementos arquitectónicos para que sea accesible. “Como yo me he sentido muy discriminada por mi discapacidad, no quiero que nadie se sienta así”. Ha diseñado espacios más amplios, ha incorporado camillas eléctricas y ha adaptado sus redes sociales a personas sordas.
Andrea Rusán, vocal de la asociación Palencia Abierta, que impulsa y dinamiza el comercio palentino, posee además un doble negocio: una tienda de ropa en Palencia y un centro de manicura en Salamanca, y todas sus colaboradoras son mujeres.
Conceptos como la responsabilidad social corporativa y la sostenibilidad, que aplican empresas comprometidas con el talento y el medio ambiente, forman parte de la filosofía de trabajo y de vida de estas cuatro mujeres, aunque no aparezcan en sus argumentarios empresariales.
La razón de ser de Ecovisc, nació con el objetivo de “ayudar a las mujeres en situaciones de vulnerabilidad y tener un impacto positivo en el medio ambiente”. Por ello, solo trabajan con proveedores locales.
“Elegir con quién trabajar forma parte de la conciencia social de cada uno”, añade Andrea, que solo contrata a mujeres extranjeras; ella también es migrante y desea ayudar a personas que se vieron en su misma situación. “Cada una aporta una visión muy diferente”.
Para Virginia, las personas con discapacidad o vulnerables enseñan mucho a la sociedad porque “han sufrido más”. Y confirma que existen aún muchos prejuicios a la hora de contratarlas: “Tenemos que demostrar siempre un poco más”.
Salvar las reticencias de sus clientes es algo habitual en su día a día. “Hacemos más por la responsabilidad social corporativa (RSC) de lo que pensamos en nuestros negocios, pero no estamos formadas en este sentido y no sabemos de la importancia que estos conceptos tienen para la empresa y la sociedad. La diversidad siempre favorece la apertura de mente; es un valor en creatividad”, declara Ana Rosa Rueda.
Nuria Rodríguez, que colabora con muchas entidades sociales, asegura que el éxito de sus proyectos se fundamenta en “el compromiso con la responsabilidad social. Es importante que las empleadas sean conscientes de que es un aprendizaje. Por eso, adaptamos las tareas más que el puesto de trabajo, y les doy permiso para equivocarse para que ganen confianza”.
Propiciar este cambio de mirada, también necesario en el medio rural, es una exigencia compartida. “En Palencia dependemos de unos locales antiguos con muchos problemas de accesibilidad y falta de apoyo por los propietarios. Por eso no hay que ‘romantizar’ las cosas, sino cambiarlas. Aunque no siempre es fácil, y menos para un pequeño autónomo que apenas llega a fin de mes”, declara la vocal de Palencia Abierta.
“Nos estamos perdiendo muchas oportunidades al no contar con personas diversas” coinciden. Pero ellas ya han aportado: no dejan que los prejuicios sobre la discapacidad resten valor a sus negocios. Y ya piensan en colaborar solo con otras empresas inclusivas. “Es un viaje muy estimulante”, define Rueda. “No podemos perdernos evolucionar. Hay que mirar con otra perspectiva”, añaden desde Palencia Abierta.