40 Años. Hemos tenido nuestras batallas por el hecho de ser libres

Palencia

Esta semana hemos celebrado el 40 cumpleaños de la UPP.

Tres frases pueden resumir su pasado, su presente y orientar su futuro. La primera, la que convocaba a los palentinos y palentinas hace 40 años: “Para cambiar la vida, repartir la riqueza cultural”. Ni más ni menos. La segunda, “La conciencia de los problemas sociales –que siempre son colectivos- exige trabajo también colectivo…” y la tercera, de nuestro Director: “Hemos tenido nuestras batallas por el hecho de ser libres”.

“Para cambiar la vida, repartir la riqueza cultural”, un lema que unía a la UPE con las Casas del Pueblo, como lugares de desarrollo cultural, formativo y recreativo al servicio de la gente. Con ese referente, una persona y una organización pusieron esto en marcha, lo mantuvieron en las tormentas y se la entregaron a la ciudad: mi gran amigo Javier Donis y la UGT de Palencia. Con él, con los que le acompañaron en la idea, con Cándido Abril como Director, con la implicación de profesores y trabajadores, con la fidelidad de los participantes, hoy la UPE es Palencia y Palencia es la UPE.

De cubrir, en las Casas del Pueblo, el tiempo de ocio arrancado a las inhumanas jornadas laborales, a, hoy, quitárselo, además, al Smartphone (que nos roba casi 6 horas diarias). De enfrentarse intelectualmente a la doctrina del confesionario y a la burguesía a intentar parar los pies al amén del me gusta en la red. Esa ha sido, es, y ha de ser la función social de la UPE.

En estos momentos reaccionarios alentados desde redes sociales en manos de poderosos dueños que ya no se conforman con influir y ahora quieren mandar para eliminar la igualdad, la diversidad, la interculturalidad, hasta la democracia, en una vuelta a un despotismo ni siquiera ilustrado, creo que a la UPE la toca redoblar su compromiso social. Ha de formar parte del no pasarán, agitar los valores de la verdadera Ilustración: la soberanía de la razón, la libertad, la igualdad, la tolerancia, la fraternidad y, también, la solidaridad. Además del enseñar, el hoy y el mañana de la UPE también ha de ser este, para eso se creó.

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Contraponer al enjambre digital, donde zumbamos como abejas desorientadas, la colectividad; confrontar al "yoismo" y al individualismo egoísta, hoy tan en boga, con la acción compartida, potenciando la proximidad, la participación y, sobre todo, el pensamiento crítico y el análisis sosegado.

Nos han dado importantes Premios, hasta fuimos SER Palentinos del año 2015, pero el más valioso es la confianza de nuestros participantes. Ese es el único concurso competitivo al que nos vamos a presentar, a la aprobación de los nuestros. En la Ciudad de los Cuidados no tenemos que demostrar que somos el primero y principal instrumento de cuidados preventivos, los más importantes y baratos, que trabajamos para un envejecimiento activo o ¿alguien lo duda?

Al Ayuntamiento y a la Dipu les llegó la hora de pasar del mantener a la UPE a dotarla de más recursos económicos para que pueda atender a una población cada vez más mayor y con más ganas y necesidades de actividades creativas.

¿Qué tenemos que hacer para que la Consejería de la Junta competente en materia de educación de adultos se acuerde de nosotros? ¿De sus más de 2.700 millones de presupuesto anual, la UPE, nuestros casi 8.000 participantes no merecen ni un céntimo, ni el 0,01 por ciento de esa millonada? Qué vergüenza.

En 1984, para ser libres, se tomó el camino más empinado. Por ser libres hemos dado y daremos las batallas que haya que dar. Quien, dentro o fuera de la UPE, no lo entienda, no conoce este proyecto. La comodidad que puede dar la institucionalización, sería traicionar nuestro origen, nuestros valores y, al fin, entregar nuestro futuro al devenir de imprevisibles mayorías políticas. No nos lo podemos permitir, ni la UPE ni Palencia.

Tenemos una Universidad Popular única, cuidémosla.