Eva Asensio: una médico con puro ADN arandino que siempre lleva la sonrisa puesta

Aranda de Duero

“Nos fijamos a veces demasiado poco en aquellas personas del pueblo que siempre están dispuestas a pensar en los demás y actúan en consecuencia. Y son muchas las que tienen ese espíritu de voluntariado y ese carácter vocacional. Lo demuestran calladamente con acciones que, pareciendo pequeñas, se hacen grandes cuando sirven para mover ánimos y despertar conciencias. Sabemos de quienes se detienen a observar y analizar para detectar posibles anomalías y ámbitos de mejora y, además, quizá con ojos cansados de mirar y ver los entornos naturales o humanos, son capaces de advertir y prevenir.

Personas que están dispuestas a atender necesidades de los demás y apoyar a quienes generosos en el esfuerzo lo hacen. Incluso sabemos de aquellas que están dispuestas a aprender e investigar. Y decía que a veces nos fijamos poco en ellas, pero son y están. Y es bueno que nos acordemos de ellas no sólo cuando las necesitemos para transitar algún recodo oscuro del camino. Viajaremos ahora con quien dedica tiempo y esfuerzo a la prevención, la atención y la ayuda; lo haremos con quien lo hace siempre con compromiso y entrega. Visitamos hoy las estancias de la memoria con Eva Asensio Esteban".

Una médico repleto de vocación

Tras esta introducción de Ausen Frutos, saludamos a la nueva Gerente de Atención Primaria de la provincia de Burgos. Con un recorrido muy amplio en el ámbito sanitario, ¿qué le llevó a ser médico? "Siempre me ha gustado ayudar a la gente. La medicina era, como ahora, algo alcanzable si tenías buena nota. Pero mi profesor de filosofía me ayudó, porque en un momento dado me dijo que sería una buena médico de familia, y yo no sabía ni qué era. Y se lo tengo que agradecer. La medicina duele de lo bonita que es, porque nunca sale todo bien. Y en nuestra profesión lo que haces por ayudar a los demás, te repercute. Y ves esa gratitud", comenta, reconociendo que le ha costado irse de las consultas, pero 'amenazando' con no tardar el volver y agradecida por la oportunidad que tiene de intentar cambiar las cosas (que por cierto, no le faltan ideas).

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Los inicios

Asensio fue delegada de clase y no pocas veces. En las Dominicas se formó, antes de dar el salto al Sandoval. "Para mí el colegio es mi infancia. La guitarra, las canciones, los aprobados y suspensos. Y se aprovechaba cada minuto", recuerda. Su vida ha sido con su hermano y hermana, con padres trabajadores y enclavados en Aranda, donde no se pierde ni una tradición local. "Aranda tiene calidad de vida y nunca estás solo. Siempre encuentras alguien que busca un momento contigo para comer, cenar, salir... El tiempo que he estado fuera, esa sensación de soledad, de no encontrarte a tu gente, se nota", define. "La ciudad ha evolucionado para lo bueno y lo malo. Pero lo que no ha cambiado es en ser una ciudad de gente anónima, con esencia de pueblo, y la facilidad de una ciudad pequeña", añade, recordando el momento del pregón de su querida villa, que reconoce, "fue uno de los momentos más bonitos de mi vida, aunque fueran momentos duros, con lo que conllevaba la pandemia".

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"Cuando nos dijeron que debíamos elegir, nos pusimos a llorar"

En aquellos momentos, explica, "nuestra labor era proteger a la población y a mis compañeros". "Había que estar siempre al quite. Con unos protocolos que cambiaban cada día. Novedades que nunca habíamos vivido, aunque sí estudiado. Y aplicarlo con una vida tan diferente, con tanta movilidad, era complicado", recuerda Eva, que destaca lo más duro con diferencia de aquella covid-19. "Lo peor fue el 27 de marzo. Nos llamaron para decirnos que no podíamos ingresar a todo el mundo porque no había capacidad, y que nosotros teníamos que decidir quién sí y no. No lo tuvimos que llevar a cabo. Pero las normas eran esas. Todo el equipo lloraba. Pero nos cuidábamos. Y después de las malas cifras, conseguimos reducir los malos días", añade.

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Personalidad

No cree Asensio que haya recibido muchas cornadas de la vida, aunque todo depende del prisma desde el que se vea cada episodio. Llevar la sonrisa puesta va dentro de ella. "Todo lo que suma, suma para la sociedad y para ti", incide. Y lo que le suma a Eva, es la lucha contra el cáncer, al ser presidenta de la AECC en Aranda, y lo que define su encomiable labor social que va más allá aún de lo sanitario. "El voluntariado es lo que hace un nexo de unión con la sociedad. Una vez que haces una campaña, aprendes a repetir y mejorar. Y sobre todo, porque tanto las psicólogas como la comunidad se implican. Somos una sociedad sensible. Y debemos agradecer a quien colabora y ayuda", complementa.

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Amor de medicina

Asensio hacía 15 guardias al mes. Así se conoció con su ahora marido. Surgió el amor después de tanto contacto compartiendo procesión. "Si puedo hacer lo que hago es por su cariño, porque me apoya y ayuda en todo. Y me aguanta, que no es poco. Soy buena cocinera, pero soy un desastre en casa", sentencia entre risas, después de responder a un rápido test de preguntas que Ausen le propone, y en el que reconoce que su mayor logro es "aunar a todo un equipo de atención primaria para un trabajo entero, que es un trabajo de muchos años".

Eva es amante de la música, pero sobre todo, de la vida. Por ello la cuida con mucha pasión y devoción. Y siempre, con una sonrisa. Porque muchas veces, esa es la mejor medicina ante el dolor. Sobre todo, cuando no se puede curar.

La charla al completo en este Viaje por la Memoria con Valentín García y Ausen Frutos puede reproducirse en el audio superior.