El incendio de la calle San Segundo de Ávila
Un hecho que conmocionó a la ciudad en 1913 y del que nos habla Sonsoles Sánchez Reyes
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Abulenses Lejanos: el incendio en la calle San Segundo
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"Fue en las últimas horas de la tarde del lunes 30 de junio de 1913 cuando por los balcones del número 8 de la calle San Segundo comenzó a brotar una columna de humo que indicaba que existía fuego. En el inmueble se encontraban la droguería y farmacia de Guerras".
Así comienza su relato Sonsoles Sánchez Reyes en el espacio 'Abulenses Lejanos' de Hoy por Hoy donde, en este mes de febrero, ha recordado este suceso que conmocionó a la ciudad y que aceleró los planes del Ayuntamiento de dotar a Ávila con un cuerpo profesional de bomberos.
Al ver lo que sucedía, los vecinos evacuaron el inmueble, además de ayudar a sacar material de la droguería que podría ayudar a la propagación del fuego. Empezaron a sonar las campanas advirtiendo de lo que estaba sucediendo.
El material con el que estaba construido el edifico hizo que el fuego se propagara rápidamente a otros aledaños. Acudieron al lugar las autoridades con el alcalde Bonifacio de Paz,a la cabeza, además de la policía.
Todos los vecinos de la zona empezaron a sacar sus pertenencias de los edificios en previsión de lo que pudiera suceder y se amontonaron en la Plaza del Alcázar, la actual Plaza de Adolfo Suárez. La Guardia Civil custodió lo evacuado para evitar pillajes. También se abrió la Iglesia de San Pedro para los mismos fines.
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Portada de El Diario de Ávila del 1 de julio que informa del incendio / Diario de Ávila
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Portada de El Diario de Ávila del 1 de julio que informa del incendio / Diario de Ávila
En aquellos años, no había todavía un servicio de bomberos profesional en la ciudad y estaba compuesto por obreros sin formación específica. Curiosamente, el ayuntamiento había abierto en ese día el plazo para presentar instancias a futuros bomberos y profesionalizar el servicio.
Los medios con los que intervenían eran muy pobre y además disponían de poco agua que sacaban de los pozos cercanos, muchos de los cuales se agotaron rápidamente.
Las llamas se fueron extendiendo a pesar de los esfuerzos ciudadanos que montaron cadenas humanas para llevar el agua mediante cubos, desde los pozos al incendio.
A la una y veinte de la madrugada se presentó en el lugar del suceso el nuevo Gobernador Civil de la provincia, Rafael Mesa, que estaba nombrado, pero no había tomado todavía posesión del cargo. Con el alcalde se puso al mando de las operaciones y una de las primeras medidas fue pedir ayuda al gobierno central.
La respuesta fue inmediata y se fletó un tren especial desde la capital de España con bomberos de dos parques madrileños con los medios suficientes para intervenir . A las cinco de la mañana estaban ya la en la ciudad trabajando en la extinción.
Su labor fue fundamental, controlado las llamas y evitando que siguieran extendiéndose. A las diez de la noche del día siguiente, el uno de julio, tomaron de nuevo el tren de regreso a Madrid.
A pesar de los cuantiosos daños, el suceso solo provocó un herido de consideración. Uno de los bomberos voluntarios de Ávila, Pablo Sánchez Segovia que era carpintero, sufrió "traumatismos de gravedad", según las crónicas de la época, al caer con otros dos compañeros, que resultaron heridos leves, desde un tejado.
Hasta 72 horas después del inicio del fuego, este no se dio por extinguido arrasando una manzana de casas. Sobre la causa no se supo exactamente lo que había sucedido, aunque hubo muchas versiones. Un suceso que tuvo gran repercusión a nivel nacional y por el que se interesó también el rey Alfonso XIII, que mandó a la ciudad al General Aranda, su ayudante personal, para interesarse por lo sucedido.
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Luis Sánchez
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Redactor en Ser Ávila...