Cendón y Diez
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La opinión de Ángel Santiago Ramos (27/2/2025)
León
Casi seis años lleva el alcalde de León con la matraca de la autonomía leonesa. Una postura que, en su día, tomó al margen del preceptivo debate que debería haberse producido en la organización socialista a la que sigue vinculado como militante destacado. José Antonio Díezdirige la agrupación de la capital leonesa.
Exista o no exista agua en la piscina de la opinión ciudadana, por mucho que se esfuercen él y cuantos se sumen a esta reivindicación, el recorrido de esta no parece estar al alcance de este siglo. Se imaginan este raca raca sobrevolando el cielo mediático leonés durante las próximas las décadas para na…?
De poco le servirá a los socialistas de Castilla y Leónelegir un nuevo secretario regional con criterio y discurso político, y Carlos Martínez los tiene, si, al menos desde esta provincia, hay una parte de sus compañeros que viajan en direcciones opuestas a la propia estructura político-administrativa de la región. Una quimera, pero una putada para quienes tratan de ganar de una vez unas elecciones a la derecha que nos gobierna desde hace 38 años.
El escenario de los socialistas leoneses es un cuadrilátero de boxeo. Sus dos personalidades políticas con mayor peso orgánico, Javier Cendón y José Antonio Díez, llevan a la gresca personal desde hace bastantes años. Tan ácida es su convivencia que, por el bien de su partido, más le valdría a ambos desaparecer de un escenario político que complica el futuro de la izquierda tanto en la provincia como en la comunidad.
A Cendón al que le faltan cualidades y cintura para un equilibrado ejercicio de la actividad política, ha cometido graves errores de dirección que no han evitado que su partido cayera en la ceguera identitaria donde está ahora mismo.
Con el poder caído del cielo de Madrid, Cendón va colocando peones en puestos institucionales y empleos públicos y semipúblicos para sumar apoyos orgánicos. Guarda a buen recaudo las triquiñuelas de amor de la vieja fontanera del partido a la que tantos favores deben.
Malas artes las de estos dos dirigentes. Uno por usar el falso relato de la patria; y, el otro, por no tener redaños para gobernar con principios y sin trampas una organización centenaria que le viene grande.
