Nicolás y nuestros misioneros
Las Claves de Pedro Brouilhet, párroco solidario del barrio de San Antonio y Grijota (Palencia)
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Nicolás y nuestros misioneros
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Palencia
El miércoles falleció Nicolás Castellanos, agustino, obispo emérito de Palencia y misionero en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Sirva este comentario para recordarle a él y a todos nuestros misioneros. Hombres y mujeres que han decidido dedicar su vida entera al servicio de los más pobres y necesitados.
Sencillez, humildad, entrega, donación… palabras que son parte del traje de estas personas, que “salen de su tierra” para “des-poseerse”, para que otros se “apropien” de su vida y de sus capacidades.
Los misioneros no utilizan el “yo”. Ellos rezan a Dios desde el “nosotros”. No hay “ellos” ni diferentes. Son mensajeros de la Vida. Se empeñan en construir, en allanar, en ser esperanza de los pueblos más periféricos, olvidados y desconocidos.
Los misioneros están en medio del pueblo, con el pueblo, consolando, aliviando, con el delantal del servicio siempre incorporado. Son transmisores del perdón del Dios misericordioso.
Mi recuerdo agradecido a Nicolás y a todos los misioneros palentinos. Ellos han dejado el calor de sus casas para vivir a la intemperie. Construyen iglesias con las puertas abiertas. Comunidades con una mano agarrada a Dios y otra mano agarrada a las personas. ¡Bienaventurados sean cada uno de ellos!