Médicos
Ángel Santiago Ramos
León
Una buena parte del colectivo sindical de los profesionales médicos vienen protestando en los últimos días contra algunas de las medidas que incluye el anteproyecto ministerial para un nuevo Estatuto Marco.
Estatuto en el que Sanidad engloba a todos los profesionales del Sistema Nacional de Salud y que los señores doctores defienden un estatuto sólo de médicos y para médicos. Salvo que aceptemos la casta como argumento, no hay por donde coger tamaña salida de pata de banco. Algo de casta se desprende cuando reivindican un nivel 1 plus, para diferenciarse también del resto de los funcionarios titulados superiores.
Recordemos que, al menos en esta Comunidad, todos los médicos perciben una importante cantidad económica como exclusividad, es decir por trabajar sólo en la sanidad pública. Cosa que no cumplen muchos de ellos. Tampoco acepta este colectivo que a quienes ocupan cargos de gerencia, dirección médica o jefaturas de servicio el ministerio les impida trabajar en la sanidad privada. Copio a la ministra, por acertado ejemplo: “Si trabajas para Coca Cola, no puedes en tus horas libres vender Pepsi Cola”. ¿Se entiende, no ?.
Sabemos que, por ejemplo, ningún mando de las FFAA puede trabajar en entidades privadas. Que un piloto del ejército del aire debe esperar unos años hasta poder pasarse a la aviación civil.
Formar un médico especialista en la universidad pública le cuesta al estado más 100.000 euros. ¿No es razonable que el estado se preserve para que se devuelva parte de ello al Sistema de Salud?
Hablando de sueldos, un médico, con 4 trienios, tres/cuatro guardias al mes, con dos grados de carrera profesional, su salario bruto rondaría los 75.000 euros/año. No hay tantos titulados superiores en España que alcancen estas cifras ni en la actividad privada, ni en las administraciones públicas.
Una P.D. Tengo una deuda perpetua con un buen número de sanitarios que durante años se implicaron generosamente en tratar de parar la grave enfermedad de un ser querido. Para no perder sus nombres los anoté en mi agenda por si un día me puede el olvido.
Vaya por ellos mi admiración. Por tantos profesionales de la sanidad -todos incluidos, no solo los doctores- que no van por la vida de estrellas del rok and rol y que no pretenden privilegios de casta.
