Solidaridad que salva vidas
Las Claves de Pedro Brouilhet
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"Solidaridad que salva vidas", las Claves de Pedro Brouilhet
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Palencia
En el mes de febrero de cada año nos sale al paso Manos Unidas-Campaña contra el hambre, con su mensaje de solidaridad frente a la pobreza, su voz prestada a los que no tienen voz, porque apenas tienen vida, y su clamor por más justicia en el mundo.
En un mundo enormemente convulsionado por guerras en muchos lugares, polarizaciones ideológicas, políticas y sociales, desinformación generalizada, imposición de únicas verdades, subversión de valores necesarios, infracción impune de los tratados internacionales…, así como por las consecuencias del cambio climático, Manos Unidas nos recuerda la situación de hambre y riesgo de muerte de ochocientos millones de personas, que viven hoy en estado de pobreza extrema. Esta es la tragedia mayor, una realidad que denuncia un pecado de injusticia colectivo y reclama acciones políticas eficaces y ayudas solidarias suficientes.
Voces proféticas como la de la Iglesia y la de otras organizaciones humanitarias, reclaman un cambio de mentalidad y de estructuras económicas y sociales, que implica a los gobernantes de los países en el empeño por lograr el objetivo primero de los ‘Objetivos de Desarrollo Sostenible’, aprobados por Naciones Unidas en el año 2015, que dice: “Erradicar la pobreza en el mundo”.
Objetivo aún lejano por la dimensión misma del problema y porque la parte del mundo con mayor responsabilidad, la nuestra, vive asentada en el bienestar y lo defiende como objetivo y valor prioritario.
A los ciudadanos de este mundo rico nos corresponde ejercer la solidaridad en dos direcciones: 1ª) En forma de ayuda material, que no será la solución del problema, pero cada año y cada día salva vidas, lo cual hay que valorar como un triunfo y una buena noticia; 2ª) En forma de opinión y presión, para que se tomen las medidas estructurales correspondientes, que sí podrían solucionar el problema. Estas llegarán antes si muchas personas, grupos y sociedades del mundo rico lo desean, lo promueven, lo impulsan y lo exigen.