¿Hacia dónde irán, dónde acabaremos? Una oportunidad si hay humildad y liderazgo

Palencia

Buenos días, a finales de diciembre dije sobre Vamos Palencia que “si los representantes en el Ayuntamiento van por un lado y la asociación que hay detrás, que al parecer son los que mandan, por otro, no se les prevé buen futuro”. Ni me imaginaba, aunque algunas señales de discrepancias internas llegaban, que el partido había iniciado ya el expediente de expulsión de su cabeza visible y candidato a la Alcaldía, Domiciano Curiel.

Como dice Wyoming ya conocen la noticia, ahora les voy a contar la verdad, bueno, mi verdad.

Más allá de los expedientes disciplinarios, de la menor o mayor veracidad de las causas de los mismos, de su gravedad, que la tienen, lo que hay detrás de la decisión de Vamos Palencia es un ejercicio de autoridad; dejar claro quién manda, quién decide si hay que seguir apoyando o no al Equipo de Gobierno. En fin, de si estaba llegando el momento de olvidar aquello de que apoyarían al partido más votado, de si había que hacer ojitos hacia la derecha y extrema derecha, para que por la Calle Mayor te miren mejor, o no.

Tras los entusiasmos iniciales, Vamos Palencia es lo que en ciencia política se llama partido taxi, un partido en el que los que deciden caben perfectamente en un taxi, como mucho en uno de siete plazas, y con una carrera de trayecto incierto.

Domi creía que el conductor era él y en sus únicas manos estaba elegir velocidad, trayecto y destino. Ahora acelero, voto que sí, ahora freno, voto a lo mismo que no. Ahora dejo subir a Miriam, ahora me apetece, quizás pensando ya en nuevos viajes, en la próxima legislatura, bajarla y hacer sitio a uno del PP. Y siempre creyendo que a los de su partido, entretenidos con la música ambiente y la comodidad del vehículo, con su presencia en la Junta de Gobierno y sus puestos de confianza

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bien remunerados, les daba igual. El partido soy yo, he puesto la cara, y yo decido lo que se hace y lo que no, hay que dejar de apoyar al PSOE y voy por ello, no se atreverán a contradecirme, y quien lo haga se las tendrá que ver conmigo; debió pensar.

Ni dentro del coche, ni en el taller opinaban lo mismo y, antes de que lo estrellara, le han quitado del volante, son un proyecto colectivo, plural y diverso, no de una persona, dicen. Ahora les toca seguir siendo útiles y fiables, desde la exigencia del cumplimiento del Acuerdo de Gobernabilidad, que, como bien a dicho la Alcaldesa, se hizo con un partido, no con una persona. Útiles para la ciudad y los palentinos.

Esta aclaratoria crisis, separado el grano de la paja, es una oportunidad para el equipo de Gobierno si actúa con lealtad, con humildad, pero, también, con decisión y liderazgo, hasta ahora escaso. Lealtad para cumplir lo pactado con Vamos Palencia, no es un lienzo en blanco, es un Acuerdo en negro sobre blanco; para con los votantes que querían que se hicieran las cosas de otra forma. Humildad para tender la mano a Izquierda Unida-Podemos, a su concejal al que se le ha menospreciado, casi humillado. No consiste en perdonar, sólo en respetar, dialogar, pactar y ceder. Decisión y liderazgo para tomar medidas fiscales, presupuestarias y políticas, aunque haya que enfrentarse al Ministro de los trenes, también para negociar con él desde la exigencia. No tiene por qué ser un Gobierno más débil, sí puede ser más plural y progresista. Vamos a ello, quedan más de dos años.

Sobre lo de Vox. Extrema derecha y democracia es un oxímoron, conceptos opuestos, como pedir lluvia todos los días en el Sahara, así que no pierdo el tiempo. El dedo que te puso, te quita, nada más.