El pequeño municipio soriano de Suellacabras inaugurará este año una piscina climatizada de un millón de euros
Con 30 habitantes censados, los ingresos por los molinos han permitido al ayuntamiento aumentar su población, instalar Internet y construir vivienda municipal
Soria
Era un gran reto pero este año se va a hacer realidad. La alcaldesa del municipio soriano de Suellacabras, Feli Gómez, inaugurará la piscina climatizada este mismo año. No es una piscina cualquiera, entre otras cosas porque se está construyendo en un pueblo de 30 habitantes, y con un coste de un millón y medio de euros. Se adjudicó en noviembre de 2023 la obra, después de dos intentos fallidos. La empresa Construcciones Nagarán de Tarazona (Zaragoza) es la que se encarga de erigirla.
El pabellón tiene forma rectangular y unas dimensiones de 3.428 metros cuadrados, la piscina se puede usar en invierno y en verano moviendo parte del cerramiento. Es una piscina climatizada con gimnasio, vestuarios y un cuarto de calderas anexo. La parte trasera, ajardinada; la planta baja consta de hall de entrada, distribuidor, despacho recepción, sala de socorristas, vestuarios 1 y 2, distribuidor interior, gimnasio, piscina y sauna. En total, la superficie útil construida se estima en unos 465 metros cuadrados y anexo se encuentra el cuarto de calderas. “El ritmo de las obras va muy bien y la previsión es tenerla en funcionamiento este mismo año”.
La piscina se paga con los beneficios que se obtienen por el funcionamiento de los parques eólicos que se encuentran en funcionamiento en Suellacabras y es el proyecto de mayor envergadura de los que ha emprendido en sus 20 años como alcaldesa Feli Gómez. Suellacabras es un pequeño pueblo de 32 habitantes censados en la comarca de Tierras Altas, al noreste de la provincia y dominada por la sierra del Almuerzo y la del Madero. Hace veinte años que comenzaron “a vivir del aire”, como dice la alcaldesa.
“Es lo mejor que nos ha podido pasar, yo entré de alcaldesa al ayuntamiento en 2003 y al año siguiente se puso en marcha un parque eólico y en 2010 comenzó a funcionar un segundo parque, y se empezó a notar en las arcas municipales, lo mejor que pudimos hacer es involucrarnos en esos proyectos mientras otros pueblos no quisieron hacerlo”. El ayuntamiento de Suellacabras maneja un presupuesto anual en torno a 300.000 euros, el 90 por ciento del total procede de las rentas de los molinos, las empresas pagan las tasas de ocupación de terreno público anualmente, entre 4.000 y 7.500 euros por cada aerogenerador, “es una cantidad diferente según la potencia del molino, unos pagan más y otros menos, tendremos en torno a una veintena en nuestros suelos”. Pero el remanente de tesorería es mucho mayor gracias al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras que pagaron las eólicas. La primera edil, del Partido Popular, tiene claro que “hay que hacer cosas en los pueblos para revertir la situación de despoblación, cuanto más dinero tienes, más puedes hacer, y es nuestro caso. Sé que hay municipios que obtienen tantos o más beneficios que nosotros en la provincia de Soria gracias a los molinos pero, o no se lo gastan, o lo hacen en comidas y fiestas. Nosotros no malgastamos, lo invertimos, y no queremos dejar el dinero en el banco”.
En dos décadas, el municipio ha aumentado su población censada en 12 personas, 8 de ellas han venido de fuera, teletrabajan, “e incluso ha nacido un bebé”, dice orgullosa Feli.
El dinero de los molinos ha permitido a Suellecabras cambiar la red de aguas, construir un centro cultural de 500 metros cuadrados que costó 420.000 euros para los 400 personas que acoge el pueblo en verano; implantar cobertura de telefonía móvil e Internet; comprar terrenos particulares para hacer viviendas municipales nuevas y apartamentos que tienen completos; han convertido un edificio en ruinas en en casa rural y la alcaldesa no ha subido los impuestos a los vecinos en 20 años. Por supuesto no falta la pista de pádel y el frontón, y se ha cambiado la instalación eléctrica y las farolas.
Feli Gómez es consciente de que se han hecho comentarios negativos por que un pueblo tan pequeño se construya una piscina tan grande y tan cara pero, “si tenemos dinero suficiente por qué no la vamos a hacer, estamos dando trabajo a la empresa constructora, no estoy endeudando al ayuntamiento, los vecinos me pedían la piscina desde hace años, y después crearemos puestos de trabajo, habrá que contratar al menos a dos personas, un socorrista y un limpiador. Soy consciente de lo que cuesta mantener una piscina así, tenemos derecho a disfrutar como cualquier otro vecino de la provincia y contamos con la suerte de poder hacerlo”.