Tiesos
00:00
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
León
Llega Enero y con él los rigores propios de la estación en la tundra legionaria. Nieve, niebla, lluvia y frío, un frío de cojones. Quien lo probó lo sabe.
Quizás para celebrarlo el ayuntamiento capitalino, del que depende el mantenimiento de los colegios, , y, sobre todo, la Junta , responsable de institutos, tienen a los centros tiritando. Sin calefacción, con goteras diluviales corriendo por pasillos, aulas y gimnasios con más fuerza que el Torío en primavera, la misión de educar se convierte en utopía. La imagen de nuestros infantes , encadenados 6 horas al día a una silla, y forrados hasta las cejas de abrigos, gorros y bufandas cuadra mejor con el scriptorium de un monasterio medieval que con la comunidad blasonada de excelencia educativa del siglo XXI que tanto se predica.
No es de recibo que la Junta tenga en la provincia unos centros con 50 años o más de antigüedad e invierta en obras 3, 3 millones de euros el año pasado. Eso es una tirita para la hemorragia que padecemos.
La escuela necesita más medios, muchos más, empezando por un lugar cálido, acogedor, al que los alumnos entren solo preocupados por aprender , y no por las consecuencia de una congelación en extremidades, que provoca amputaciones no menores en su educación.
Intentar calentar un instituto con radiadores eléctricos y cañones de aire es una entelequia , similar a la de la parábola del niño que pretendía meter el océano en su caldero. No jueguen ustedes a la improvisación, cojan las peticiones de necesidades de los centros que ya tienen, y hagan un plan realista, comprometido, dótenlo y ejecútenlo. Urge, Mañuequis. Díselo a Rociito antes de que se quede tiesa en un visita escolar de esas que luego rulan por los medios y las redes.