De Fuentecén a ser clave para la transformación del sector agrario en España
José Manuel de las Heras relata en la SER una vida desde la primera plana de la reivindicación, pero también compleja en lo personal con episodios que desgrana en su ‘Viaje por la Memoria’
De Fuentecén a ser clave en la transformación del sector agrario en España
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Aranda de Duero
“En el pueblo, antes, las campanas de la iglesia sonaban más a menudo que ahora y lo hacían por muy variadas razones, unas de carácter religioso, otras de carácter profano y otras simplemente para indicar las horas y servir de reloj al gentío. Eran toques claramente diferenciados que se utilizaban como aviso o llamada en la distancia a quienes se encontraban en su labor. Entre otros me llamaron la atención los toques a hacenderas, como los denomina el diccionario, o a prestación personal, como las nombra la Ley reguladora de las Haciendas Locales. En definitiva esas llamadas a trabajo al que debe acudir todo el vecindario, por ser de utilidad común.
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¡Cuántos caminos, calles, muros, regajos, y limpiezas se hicieron! Y es que, en los pueblos más pequeños y en el campo en general siempre se tuvo clara la necesidad de la colaboración, la unión y el trabajo conjunto para sacar adelante los intereses comunes. Hoy viajamos por la memoria con alguien que sabe mucho, si no todo, de la unión de los campesinos en la defensa de sus derechos y legítimos intereses. Con quien sabe mucho, si no todo, de la unión de uniones de los hombres y mujeres del campo. Hablamos con un agricultor vocacional que supo representar esos derechos y luchar por esos interés más allá del territorio inmediato. Recorremos ahora el camino de los recuerdos más personales en esta nueva edición de nuestros ‘Viajes por la memoria’ con José Manuel de las Heras.”
La huelga de hambre que destapó su lado reivindicativo
José Manuel es una voz autorizada del sector primario. Fue uno de los impulsores de Unión de Agricultores y Ganaderos de Burgos. Y siempre tuvo claro, desde pequeño, que para él el campo lo era todo. "Mi padre me quería llevar a estudiar fuera de Fuentecén. Y yo le decía que quería estar en el campo con mi hermano -uno de los seis-. Verle arar me apasionaba. La agricultura era más dura físicamente, pero cuando uno tiene vocación, sembrar y ver crecer las plantas, ver hacer el vino, te apasiona", reconoce alguien quien apenas trabajó unos meses en Michelin, y fue despedido por precisamente hacer una huelga de hambre. Algo que despertó su lado reivindicativo.
Así, se abrió camino en la lucha agraria, que repasa junto a su vida y memoria en este viaje en la SER junto a Ausen Frutos y Valentín García. "Queríamos organizarnos para defendernos y que no impusieran las normas. Tener el destino en tus propias manos. Era y sigue siendo importante la reivindicación", explica, antes de explicar el proceso para crear el sindicato, en el que araba de noche para poderse reunir de día, y las 'peleas' con los gobernantes y gobiernos de turno. "El gran orgullo de crear y dirigir una organización, es que hoy día podamos ayudar a todos los agricultores", expresa.
La difícil relación trabajo-famiilia
El cansancio le llegó a José Manuel y no precisamente en el campo. Su posición y relevancia fue en auge, lo que llevó a estar cuatro años de viaje en viaje en Europa, en otra lucha. "Los años en el Comité Económico Social han sido la universidad que mis padres quisieron darme y yo no quise. Años en los que me gustaba lo que hacía, y que han sido interesantes y necesarios para ver que a veces la línea recta no es el camino más rápido, que hay que escuchar a los demás... Pero a cambio no pude disfrutar de lo más importante, que es la familia. Tuve una mujer -Ilu- que me aguantó", reconoce, antes de emocionarse. "Hubo un momento que me planteó que la situación no podía seguir así. Encima hubo dos años que ella estaba sola, y mis dos hijos conmigo en Madrid. El estar activa compensó la soledad, y que se pudiera aguantar. Pero todo pasó, con cariño supimos esperar, y han llegado los mejores tiempos, ahora estamos casi todo el tiempo juntos", explica. Ilu además tenía su peluquería, que por cierto, ahora perdura gracias a su hija, de la que de las Heras está "muy orgulloso".
El incendio de su casa, el episodio más duro
Pero a José Manuel le tiembla la voz, lógicamente, cuando tiene que recordar uno de los momentos más complejos a los que se ha enfrentado en la vida. El incendio de su casa, en el que estuvo a punto de perderlo todo. Y todo, es todo. "Fue el momento más duro. Se nos fueron muchos recuerdos, pero además esa noche yo estaba encerrado en un edificio en Madrid haciendo huelga de hambre. Me llamó mi mujer y me lo contó. Y fue como que me hubieran clavado un cuchillo. Por pocos minutos, me pude haber quedado solo", reconoce nuevamente con emoción, antes de aprovechar para agradecer a sus muchos y buenos amigos, que le han permitido recuperar muchos recuerdos. "No cabíamos de la gente que había quitando los muebles quemados. Lo que más agradecí son las fotos que te regalaban. Entre todos los amigos, nos regalaron una televisión. Son detalles que fueron importantes. Te das cuenta de que lo material pesa, pero cuando tienes gente que te quiere, eso es lo que realmente merece la pena", comenta, reconociendo que ese episodio le hizo mucho más sensible.
La vida siguió, y de las Heras es feliz ejerciendo de abuelo. "No se puede explicar, es un cariño tan grande aunque a veces te cabrees porque tiene nueve años y es travieso...", dice. También se da garbeos por la bodega de su hijo, con 'Hemar' como bandera. Pero aún mantiene una parte de la explotación. El campo sigue presente en él. "Yo lo mando hacer casi todo, pero ahora me cuelgo mis tijeras, y las viñas jóvenes las formo yo. Cuando formas a una persona desde niña; es más fácil que salga bien. Y con las viñas hago lo mismo. Pero necesitaba esto, porque si no quieres ser un estorbo tienes que tener también tu propia libertad. Y es que además lo necesito", sentencia un José Manuel que, pese a los muchos viajes, siempre ha sido como las viñas que tanto ama. Siempre ha tenido raíces que le han pegado a su tierra. A su pueblo. A su gente. Y ese es el mejor y mayor fruto que se puede conseguir.
La charla al completo de este viaje por la Memoria, con Ausen Frutos y Valentín García, puede reproducirse al completo en el audio superior.
Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en Aranda. Presentador de Hoy por Hoy Peñafiel y El Banquillo...