Un año de subidas y bajadas para la Arandina

Aranda de Duero

El balance en lo deportivo para la Arandina de 2024 no es malo, pero podría ser mejor. El curso comenzó con la visita histórica del Real Madrid en los dieciseisavos de Copa; un partido en el que casi lo extradeportivo borró tal proeza lograda sobre el campo. A partir de ahí, y con cambios diversos en el mercado de invierno, la situación cambió por completo para un equipo sumido en el descenso del grupo uno de Segunda RFEF. Un equipo que jugaba bien, que merecía más, pero que no encontraba fortuna de cara al gol. La segunda vuelta fue positiva en resultados. Pero el déficit era tan grande que no fue suficiente. La Arandina consumó su descenso, y a la par, el fin de todo un ciclo. Su entrenador durante cuatro temporadas, Álex Izquierdo, decía adiós entre lágrimas, y pesos pesados del vestuario, como Zazu o Pesca entre otros, se marchaban.

Así, se daba paso a un verano de pocas noticias. Tardó en llegar el recambio en el banquillo. Se eligió a un entrenador que también sabe lo que es ascender, como Sesi Fernández, y tras semanas sin apenas noticias, llegaron uno tras otro fichajes y más fichajes. El único en renovar era Moha. Un equipo joven, y nuevo. No era fácil aclimatarse, y costó al principio, pero cuando el engranaje funcionó la escuadra blanquiazul comenzó a entrar en una gran dinámica de victorias. A falta de dos jornadas para el fin de la primera vuelta, la realidad es que el cuadro ribereño está a dos puntos del liderato, pero con un partido menos que el Astorga. Depende de sí mismo para ser líder. Esa es la mejor noticia con la que acabar el año, como afirma el guardameta Moha. El único que puede hablar de lo que es prácticamente un año entero en Aranda. Su valoración puede reproducirse en el audio superior.

Lo extradeportivo, a parte

Porque más allá de lo sucedido con la Copa del Rey, los 'jaleos' extradeportivos han sido tónica general en el seno de una Arandina que no ha tenido desde el comienzo una relación estable con el equipo de gobierno. Sin embargo, tras el verano, aguardaba la petición de un dinero que sigue comprometido -precisamente por la Copa del Rey-, pero que no se ha entregado. Un reparo por posibles incompatibilidades que solo puede levantar el alcalde de Aranda puede desatascar los 250.000 euros que están comprometidos con el club. La vinculación política de la presidenta sí tuvo finalmente consecuencias, aparentemente.

El 21 de octubre llegó la esperada asamblea. Envuelta en polémica y protestas fuera por seguidores, canteranos, y padres y madres. Días antes había visto la luz el colectivo Unión Arandina, que buscaba -y busca- ser el relevo de la actual directiva, que ha cambiado su composición sin voto de por medio de los socios. Ahora la presidenta -legal al menos- es Patricia del Cura. Y al final, aunque se decía que con el proceso de conversión en SAD -que veremos cómo sigue su curso- no había que pasar por las urnas, se han convocado -tarde- las elecciones. Y ahí es donde nuevamente Unión Arandina cree que no se está ejecutando un proceso electoral limpio.

Con todo, creer que 2025 traerá la paz a la Arandina es ser demasiado soñador e iluso. Tiene pinta de que el nuevo año trae más confrontación, aunque también cambios. Veremos si los suficientes como para reestablecer una relativa normalidad a un club que adolece falta de masa social -es muy triste comparar entradas del pasado año con las de este- y cuyo futuro sigue sin estar, a priori, definido.

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