Los gemelos dulzaineros valencianos
Antonio y Domingo Llopis son profesores, dulzaineros y luthieres de este instrumento
Entrevista Antonio Llopis
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Ávila
Son hermanos gemelos unidos también por su afición a la música en una comunidad donde detrás de cada persona hay un intérprete. Son Antonio y Domingo Llopis. Su grupo se llama Els Bessons, los gemelos en castellano y todo un referente para la música de dulzaina en Valencia o dolçaina que es el nombre valenciano del instrumento.
“Nuestra tradición dulzainera no nos viene de ningún sitio. Nos llamó la atención. Empezamos a estudiar el instrumento como hobby. Se nos fue de las manos y lo hemos convertido en nuestra forma de vida” dice Antonio en una entrevista en el espacio dedicado a la música tradicional en Hoy por Hoy Ávila. “Entendemos la música de una forma holística, desde muchas perspectivas y desde un todo. Entonces, si sabes tocar lo puedes transmitir y como cuando empezamos no era fácil conseguir el instrumento, decidimos mi hermano y yo empezar a fabricarlo” añade
Y es que los hermanos Llopis tocan el instrumento, lo enseñan, lo fabrican y también han hecho sus pinitos en la composición. “No es nuestro fuerte, pero si hemos hecho algunas piezas. Incluso hemos compuesto algunas porque hemos inventado un instrumento que está una quinta por debajo de nuestra dolçaina valenciana, y necesitamos repertorio para tocarla” dice. Y no descartan seguir experimentando buscando nuevos instrumentos.
“Ahora mismo, los dos estamos estudiando el Grado Superior de Programación de la Producción de Fabricación Mecánica. Al principio fabricábamos las cañas con un proceso artesano. Pero ahora hemos cambiado el chip para utilizar maquinaria que nos permita producir de forma más eficiente”
Algo que ya llevan años haciendo y les ha permitido fabricar en los últimos diez años unos 5.000 instrumentos. “Fabricar de forma diferente tiene ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, nosotros al fabricarlos por molde de inyección, los abaratamos de una forma considerable. Los de madera tienen un precio entre 300 o 400 euros y nosotros lo podemos hacer por 20. Esto tiene la ventaja de eliminar la barrera económica para todos aquellos que quieran tocar el instrumento” dice Antonio.
Algo que notan también con el incremento de jóvenes que se acercan a tocar la dolçaina que, como sucede por Castilla y León, es habitual en las fiestas de los pueblos. “Actuamos en procesiones y, por ejemplo, nosotros hacemos actuaciones con grupos de danza donde se muestran los trajes típicos y las danzas, tenemos los grupos de albades que son cantos tradicionales de la Comunidad Valenciana o participamos en las fiestas de Moros y Cristianos”
Luis Sánchez
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Redactor en Ser Ávila...