Un juzgado de Soria abre diligencias contra Carlos Martínez tras la denuncia de Abogados Cristianos

Soria

La Fundación Española de Abogados Cristianos, una organización de juristas con tinte político ultraconservador y ultracatólica que es activa en la defensa de los sentimientos religiosos, presentó hace unas semanas una denuncia contra el alcalde socialista de Soria, Carlos Martínez. El motivo es que los abogados cristianos vieron un delito contra los sentimientos religiosos en el hecho que de Martínez participara en la invitación a subirse a un papamóvil improvisado elaborado en el techo de un vehículo durante las fiestas del municipio de Tardelcuende y, además, cogiera una escobilla de váter y simulara bendecir a los presentes. Se produjo en el marco de los actos que las peñas de Tardelcuende desarrollan los primeros días de agosto centrados en disfraces temáticos.

Ahora el Juzgado de Instrucción número 3 de Soria ha abierto diligencias e insta a interponer una querella contra el alcalde de la ciudad para que la organización se pueda personar en el procedimiento penal. Polonia Castellanos, presidenta de Abogados Cristianos, celebra la decisión y asegura que "iremos hasta el final del procedimiento porque un alcalde no puede atacar a los cristianos gratuitamente sin consecuencias". Alerta que "el gobierno de Sánchez quiere despenalizar las ofensas a los sentimientos religiosos pero, tras esta noticia, vemos lo necesario que es conservar la protección este delito".

La fundación considera que “el regidor se mofó" del Papa al realizar bendiciones con una escobilla de baño subido a un coche decorado con la bandera del Vaticano, que simulaba ser el papamóvil”.

Castellanos ha aprovechado la ocasión para alertar de que "el gobierno de Sánchez quiere despenalizar las ofensas a los sentimientos religiosos, pero, tras esta noticia, vemos lo necesario que es conservar la protección de este delito".

La actitud del alcalde se conoció a través de un video grabado con un teléfono móvil difundido en redes sociales. Días después, Carlos Martínez confesó que fue un error, “es clarísimamente una torpeza y no debería haberme prestado a ello”. El primer edil pidió disculpas en primer lugar a los vecinos de Tardelcuende donde se desarrolló la escena. A continuación a la "ciudad de Soria cuyos vecinos no tendrían que haberse visto "implicados por una actitud que no corresponde". Y en tercer lugar “a aquellos que desde un punto de vista religioso se han podido ver como víctimas o heridos en su sensibilidad".

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Martínez lamentó además que el caso haya servido como "ariete político" y haya salpicado a la Guardia Civil, de la que se ha llegado a decir que omitió su deber. "Levantó las actas correspondientes", señaló Martínez. Le impusieron una multa por "infracción leve contra la circulación". La cuantía, 100 euros, 50 por pronto pago, cantidad que ya pagó.