Gonzalo Santonja: "Nos corresponde moralmente contribuir a que el castro de El Raso recupere su esplendor"

Ávila

Aún no se ha podido hacer una valoración de los daños que el fuego ha podido provocar en el castro celta de El Raso, uno de los más importantes yacimientos arqueológicos de Ávila ya que el incendio, que se declaró ayer, aún no ha sido extinguido.

La Junta de Castilla y Léon informa de que el incendio está estabilizado y ya solo quedan medios terrestres vigilando el perímetro, unas 17 hectáreas de las que gran parte están en lo que fue un poblado celta que llegó a albergar unas 600 viviendas y que estaba rodeado por una ancha muralla de dos kilómetros de perímetro.

Las llamas arrasaron las reproducciones de las viviendas que mostraban cómo era la vida cotidiana en este poblado prerromano que se encuentra al sur del Parque Regional de Gredos, en una ladera con una gran pendiente.

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El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, ha visitado el yacimiento y ha agradecido el trabajo del operativo de extinción por la rapidez con la que se ha controlado el incendio. Se ha comprometido a colaborar en su recuperación, y así se lo ha transmitido a un grupo de vecinos que se han desplazado también hasta allí para hablar con él.

"Vamos a estar ahí en la medida en que sea necesario", ha asegurado. "No se preocupen ustedes por cómo se va a recuperar la normalidad. Eso se hará como se tenga que hacer (...). Yo nunca me preocupo de si una cosa nos corresponde o no legalmente. Nos corresponde moralmente contribuir a que este castro recupere todo su esplendor".

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Miles de visitantes

El alcalde de Candeleda, Carlos Montesino, ha recordado que el castro celta recibe unas 22.000 visitas cada año. "Creo que esto es importante como para que se tenga en cuenta y que se rehabilite", dice, agradeciendo los mensajes de apoyo recibidos no solo desde la Consejería de Cultura sino también de la Diputación Provincial.

Montesino destaca la rapidez del operativo de extinción que en la tarde de ayer evitó males mayores "a pesar del viento bastante fuerte que hacía". El lugar, bastante escarpado, no hacía fáciles los trabajos.

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Quedan cuadrillas terrestres para rematar la extinción. También se ha desplazado un bulldozer, que en ningún caso entrará en la zona de influencia del yacimiento arqueológico.

El castro de El Raso es un poblado vetton que estuvo fortificado con una muralla de dos kilómetros y un foso. La muralla estaba reforzada con algunas torres y en el punto más alto estaba un bastión que en la zona aún se denomina "el castillo", tal y como recoge el Ayuntamiento de Candeleda en la información que proporciona sobre el yacimiento. Dentro llegó a albergar unas 600 casas.

Se realizan visitas guiadas en las que se puede conocer cómo era la vida cotidiana y cómo eran las viviendas, con reproducciones que ahora tendrán que ser reconstruidas.

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