Zamora suma casi el 20% de la pérdida de población en la provincia en los últimos 20 años

No todo es despoblación rural. La pérdida de población que sufre la provincia, de acuerdo con las sucesivas estadísticas que publica periódicamente el Instituto nacional de estadística, el INE, y más allá del dato coyuntural, reflejan que la mayor sangría demográfica la está padeciendo la capital de la provincia, que arrastra una quinta parte de la pérdida de habitantes de la provincia en los últimos 20 años.

Según los datos del INE, con cifras del padrón cerrado de 2022, la provincia de Zamora acabó ese año con 167.215 habitantes, lo que acumula una pérdida neta de casi 32.500 habitantes en los últimos 20 años, ascendiendo a más de 6.100 almas, la caída de población en Zamora ciudad, lo que equivale a casi un 20 por ciento de la población provincial que se perdió desde 2003. Toro sumaría otro 2 por ciento a ese éxodo poblacional, mientras la pérdida de habitantes de Benavente es casi inapreciable si se toma como referencia el dato de 2003, aunque sí sería más relevante si se cuenta la primera década de este siglo, que llegó a estar cerca de los 20.000 residentes, frente a los poco más de 17.000 actuales. De acuerdo con los datos estadísticos, Zamora ciudad ha caído de los más de 65.600 vecinos de 2003 a los poco más de 59.000 actuales. Casi un 10 por ciento de pérdida demográfica. Un dato que sería aún peor si tenemos en cuenta que el pico máximo de población en Zamora ciudad fue de algo más de 66.600 habitantes en 2008, justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. En este mismo periodo, Toro también ha perdido otro 9 por ciento de su población, tras pasar de algo más de 9.100 habitantes en 2003 a poco más de 8.400 vecinos que registra el padrón definitivo de 2022. En el lado contrario, entre los municipios más significativos que han aumentado población en estos últimos 20 años, Morales del Vino ha incrementado su censo un 62 por ciento, pasando de menos de 1.900 a más de 3.000 vecinos. Moraleja del Vino también ha aumentado su censo un 35 por ciento en este periodo.

Por otro lado el incremento de la población extranjera ha frenado algo la perdida demográfica en la provincia en lo que llevamos de siglo.

El INE, que disecciona la evolución de la población entre nacidos en España y nacidos en el extranjero, refleja unos datos a tener en cuenta y que se podrían resumir en estas cifras: en lo que llevamos de siglo, esta provincia ha perdido más de 41.600 habitantes nacidos en España, mientras la población de residentes nacidos en el extranjero se ha incrementado en más de 5.300 personas. Al comienzo del siglo se contabilizaban menos de 1.000 empadronados nacidos fuera de España. Ahora superan los 6.300 y suman casi el 4 por ciento del total de la población residente en esta tierra. Un porcentaje que es mayor según los datos de las 3 grandes poblaciones de la provincia: un 8 por ciento de los vecinos de Benavente son nacidos fuera de España, algo más de un 7 por ciento en Toro y poco más del 6 por ciento en Zamora ciudad. De hecho, la caída de población en la capital se ha visto frenada en parte por los más de 2.000 nacidos en el extranjero que se han sumado al padrón en los últimos 20 años. Algo más de 900 se han incrementado en Benavente y más de 400 en Toro en ese mismo periodo.