Guido Caprotti, el pintor italiano que se convirtió en abulense

Ávila

Guido Caprotti llegó a Ávila el 27 de noviembre de 1916. Viajaba en el expreso París-Madrid con destino a la capital de España. Iba a hacer una copia del cuadro 'Pablo de Valladolid' de Velázquez que se encontraba en el Museo del Prado por encargo de un cliente. Una gran nevada impidió que el convoy siguiera su camino lo que obligó a los pasajeros a quedarse en la ciudad amurallada.

El pintor se dirigió, desde la estación, al Hotel Inglés (posterior Hotel Continental), el único establecimiento hotelero de calidad existente en la ciudad. En el camino se encontró con una muralla nevada en plena noche y con la única presencia de un sereno que daba la hora, algo que reflejaría luego en el primer cuadro que pintó en Ávila, Los ojos de la noche. La ciudad le fascinó y una parada que iba a ser de tres días mientras se solucionaban los problemas de comunicación, se transformó en toda una vida.

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Caprotti solicitó pronto un lugar a la ciudad para poder utilizarlo como estudio donde pintar. El ayuntamiento le cedió un local en el desaparecido Alcázar que tenían reservado para este tipo de peticiones. La integración en la ciudad fue tan rápida que solo un año después de llegar a la ciudad, su ayuntamiento ya le concedió el título de hijo adoptivo. Fue el 24 de abril de 1918 con la unanimidad de todos los concejales.

Guido se asentó en una ciudad donde también conoció a su esposa, Laura de la Torre Hernández. Fue en el edifico que actualmente ocupa el Parador de Turismo. Laura era sobrina del Marqués de Piedras Albas, propietario de aquel edifico. Ambos formaron una familia con sus hijos Laura y los gemelos Edgar y Óscar. Vivieron en el Palacio de Superunda, primero en régimen de alquiler, hasta que compraron el edificio.

Caprotti utilizaba en invierno el Hotel Inglés para pintar por las bajas temperaturas del Palacio. Guido falleció el 5 de septiembre de 1966 a los 78 años. Murió en la localidad vizcaína de Balmaseda donde vivía entonces en un finca propiedad de la familia de su esposa. Finca que además acaba de ser adquirida por el ayuntamiento de esta localidad a los herederos de la familia para convertirla en un lugar de esparcimiento.

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Los restos mortales del pintor fueron trasladados desde el País Vasco hasta la ciudad de Ávila donde está enterrado. En la tumba del Cementario reposan los restos mortales de Guido Caprotti, su esposa, que falleció en 1988, sus hijos Óscar y Édgar que murieron en 2003 y 2012 respectivamente. Su nuera Teresa, muerta en 2013 y su cuñado Alberto fallecido en 1980, también se encuentran en esa tumba.

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De este personaje y su historia nos hablaba este mes Sonsoles Sánchez Reyes en sus Abulenses Lejanos.