La Cofradía Sacramental de San Miguel celebra los 500 años de su Constitución Canónica y su 125ª Octava Mayor
La centenaria hermandad de la parroquia palentina volverá a procesionar este domingo con sus históricas andillas, obra maestra de la orfebrería barroca castellana
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Iglesia de San Miguel (Palencia) / Beatriz Álvarez
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Palencia
La Cofradía Sacramental de San Miguel celebra este domingo 26 de mayo su 125ª Octava Mayor, una conmemoración que sirve de antesala al día del Corpus Christi y que hermandades como la de la céntrica parroquia palentina vienen celebrando desde hace más de cinco lustros junto a todos sus convecinos. La cofradía, fundada en 1520 para ensalzar el Sacramento de la Eucaristía en plena proliferación reformista por toda Europa, ha venido cumpliendo también durante todo este tiempo un importante papel social y cultural en la capital. El documento original del Libro de Reglas de la Cofradía, que se conserva en el Archivo Diocesano y está fechado en 1524, estipula que la cofradía fue instituida para “obsequiar y exaltar el culto al Santísimo Sacramento”, si bien también establece en su articulado una serie de comportamientos que han de seguir sus integrantes no sólo en el ámbito religioso, sino también y principalmente en pro de la sociedad, ya sea en la participación ciudadana, la caridad y socorro de sus convecinos, la celebración de eventos y, en general, llevando a todos los ámbitos el precepto de “amor al prójimo”.
Se cumplen 500 años, pues, de la redacción y aprobación de un documento que venía a ratificar la actuación y el comportamiento autoimpuesto de un grupo de ciudadanos de Palencia congregados en torno a la antigua parroquia de San Miguel. Se tiene constancia de cómo, ya desde 1520, habrían empezado a actuar en labores sociales tanto como religiosas paralelas a la propia acción parroquial en uno de los barrios más importante de la ciudad que, además de englobar el cuartel sur-occidental de la misma, también ejercía su función pastoral más allá del entonces recinto amurallado, siguiendo el llamado Camino Real de Valladolid a lo largo de un importante número de huertas, batanes, aceñas y molinos.
En 2020, dentro de las conmemoraciones del quinto centenario de la Cofradía, se redactó un renovado Libro de Estatutos, actualizando sus funciones y ordenamientos, con la debida aprobación por parte del obispo Manuel Herrero y la ratificación de la Conferencia Episcopal. Se adaptaron al siglo XXI las normas establecidas ya en 1524 recogiendo, entre otras cosas, la necesidad de “promover la vida cristiana más perfecta”, practicando “el servicio de la caridad” y colaborando “en las actividades pastorales de la Diócesis y de la Parroquia”.
La Octava Mayor y las andillas
En este sentido, uno de los artículos refuerza el mantenimiento de las tradiciones seculares como son la celebración de la Minerva y de la Octava Mayor. En el caso de este año, además, la Sacramental de San Miguel será responsable de organizar por 125ª vez la fiesta que antecede al Corpus Christi. La Octava Mayor y las Minervas son los domingos previos al día de la celebración por excelencia del sacramento de la Eucaristía. Desde hace siglos, las cofradías sacramentales de San Miguel, Santa Marina, Allende el Río y San Lázaro se turnan todos los años a lo largo de estos cuatro domingos para celebrar cada Minerva. La Octava Mayor es la inmediata antesala del Corpus, por lo que está revestida de una mayor solemnidad.
Por este motivo, los cofrades de San Miguel volverán a procesionar este año por los entornos de su parroquia matriz escoltando la Sagrada Forma sobre unas andillas de principios del siglo XVII, obra maestra de la platería castellana ejecutada por el orfebre palentino Juan del Rey (discípulo de Juan de Benavente) y que conforma el principal tesoro patrimonial de la Hermandad. El conjunto escultórico-procesional conforma uno de los pocos patrimonios -aparte del humano- con el que cuenta una hermandad que, hasta los tiempos de la invasión francesa en 1808, registraba en sus libros y documentos -todos ellos hoy también depositados en el Archivo Diocesano- con decenas de bienes muebles e inmuebles a lo largo de media ciudad y de los que aún hoy permanece en pie el palacio de la calle General Amor, desde los años 80 bajo custodia diocesana.
Dada su calidad artesanal, las andillas han formado parte de varias exposiciones de arte sacro de primer nivel como las ediciones de las Edades del Hombre celebradas en el Burgo de Osma (1997) y Palencia (1999). En el año 2008 fueron depositadas en el Museo Diocesano y este 2024, con la intención de reforzar las celebraciones de la Cofradía Sacramental, han sido parcialmente restauradas y adecuadas por Ignacio Delgado y un equipo de conservadores de la Catedral de Palencia para su lucimiento en la procesión de la Octava Mayor.
No obstante, el objetivo final de la cofradía es lograr que el conjunto de andillas y custodia sea declarado Bien de Interés Cultural, dada su riqueza patrimonial y sentimental para la provincia de Palencia, y optar con ello a una necesaria financiación pública que permita recuperar completamente y revalorizar así, esta pieza única de la orfebrería y la platería palentina.
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