Historias de Salamanca. Labradores, el barrio que convirtió en plaza de toros un convento

Salamanca

El Barrio de Labradores limita al norte con la Avenida de Portugal, al sur con la de Mirat y sus “hotelitos”, al oeste con el Paseo de Torres Villarroel y al este con la calle de María Auxiliadora.

La atraviesan de Oeste a Este dos calles enlazadas al nombre del barrio, Labradores:

La calle Valencia, que fue Ronda de Labradores, y la calle de las Eras, que fue camino que discurría entre las llamadas Eras de Juanelas.

En estas eras se construyó a finales del siglo XIX una plaza de toros, que los salmantinos llamaron Plaza de los Mínimos porque se construyó sobre el solar del convento capuchino de los Padres Mínimos y utilizando piedra de estos.

Esa zona de la ciudad era conocida como afueras de la Puerta de Zamora.

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Sobre el recuerdo de aquella plaza de toros se encuentra la de Gabriel y Galán, con su biblioteca, que fue Casa de Socorro, y las esculturas de Gabriel y Galán dos de sus personajes, la Ama y la Montaraza, obra de Juan Cristóbal, que utilizó de modelos a la actriz Aurora Redondo y su hermana.

Muy cerca de aquella Casa de Socorro, construida en 1917, se encontraba la fábrica de harinas de Santa Elena, muy dañada por un incendio en 1950 tras el cual, poco después, pasó a mejor vida. Se había construido en 1927.

Aquella fábrica era vecina del actual mercado de San Juan, de San Juan de Sahagún, que se inauguró en 1945 y tenía a su alrededor una de las estaciones de coches de línea que había en la ciudad antes de construirse la Estación de Autobuses.

Entre la Ronda de Labradores o Calle Valencia y la calle de las Eras se encuentra la Plaza de Julián Sánchez el Charro, que tenía cerca varias clínicas de destacados médicos salmantinos, que fueron muy famosas en los primeros años del siglo pasado, como lo fue aquel sanatorio del “18 de julio” que estuvo en Dimas Madariaga.

Todo este barrio eran tierras de labor que se vieron atravesadas por el ferrocarril a Portugal que coincidía con la actual Avenida de Portugal camino del Puente de La Salud, en Tejares.

Cuando se levantó la vía y el tren se desvió por Tejares, la ciudad comenzó a crecer al norte de forma imparable.

Quién diría que todo aquello fuesen tierras agrícolas a la vista del caserío de nuestros días, pero así fue.

Por cierto, la Ronda de Labradores perdió su nombre para sellar la paz con Valencia, ciudad que ninguneó a una comisión de salmantinos invitados a las Fallas y eso provocó el enfado de ambas corporaciones, que saldó un barco, el Ciudad de Salamanca.

Con él y el cambio de calle las aguas volvieron a su cauce.

Pero esta es otra historia…

A pesar del nombre, Labradores, el barrio no festeja a San Isidro, que es competencia de otro barrio, el Barrio de San Isidro, entre el Rollo, Delicias y Prosperidad.

Otra historia.

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