La recuperación de un molino del S XVI en Ávila premio Hispania Nostra

Ávila

Elena Cuadrado y Héctor Furones reunieron a sus dos hijos hace 14 años (tenían entonces 11 y 18 años) en una especie de cónclave. Las vacaciones se iban a terminar. Los fines de semana estarían ocupados. E hipotecarían su casa. La labor que exigía tales sacrificios era la recuperación del Molino de la Fuente del Corcho ubicado en San Miguel de Corneja. La familia consensuó seguir adelante para rehabilitar una edificación que data del siglo XVI. Ese sacrificio ha tenido ahora su recompensa con y el Premio a la Intervención en el Territorio o en el Paisaje concedido por la Fundación Hispania Nostra dentro de sus galardones anuales.

"Nosotros somos de Zamora pero por motivos laborales hemos vivido mucho tiempo en Guadalajara. Buscábamos un sitio por aquí, volver a nuestra zona porque al final todo el mundo vuelve a sus raíces. Y cuando lo encontramos, nos pareció que era el sitio perfecto" dice Elena de este paraje. Durante estos años estuvieron viajando todos los fines de semana de Guadalajara a Ávila hasta que la jubilación les ha permitido disfrutar a tiempo completo del molino. O casi, porque viven entre Salamanca y San Miguel de Corneja.

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"Esto estaba prácticamente arruinado. Yo soy ingeniero industrial y tenía interés por restaurar algún tipo de ingenio hidráulico. Lo encontramos y a base de fines de semana y vacaciones lo hemos sacado adelante. Y estamos muy contentos con este reconocimiento" dice Héctor que ha sido el responsable 'técnico' de la rehabilitación.

El Molino formaba parte de un complejo más amplio denominado El Lavadero que en su día tenía también esta instalación para las ovejas de la Mesta. La parte del molino y las praderas ubicadas en la margen izquierda del rio Corneja es lo que compraron el 2009 para comenzar la recuperación a partir de la año siguiente. Empezaron por la vivienda, la antigua casa del molinero, para continuar posteriormente con el molino propiamente dicho.

Héctor se ha encargado de las edificaciones y Elena de la zona exterior del recinto. "Hemos tenido que recuperar casi todas las piezas del molino porque estaban prácticamente perdidas por los xilófagos, la carcoma, ... De la mayoría de las piezas quedaban vestigios. Las he rehecho y he podido sacarlas adelante. También todo el cauce de agua. Había una antigua presa que se llevó una riada así que de momento solo puede funcionar con la escorrentía que baja de la Sierra. Hemos hecho las canalizaciones y también hemos aprovechado para que sirva de riego a los prados con lo que se ha rehabitado todo el entorno" Las trabajos también han incluido los caminos de acceso para lo que compraron una pequeña excavadora.

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Una labor que ha permitido volver a hacer a funcionar el molino aunque solo durante los meses en que corre el agua de forma natural al no existir ya un a presa que permita su acumulación.

La recuperación de la zona exterior de los edificios ha corrido a cargo de Elena. "Al principio empecé a pensar poner diferentes especies pero aquí el tiempo es duro. Tuve que aprender desde cero y tuvimos la suerte de contar con de apoyo de la gente del pueblo. Me enseñaron a plantar y criar las especies de la zona que ahora ya se autoplantan solas. Fresnos, avellanos, nogales, salen por todas partes y está todo muy bonito. Especies autóctonas que con muy poco riego se mantienen"

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Y con las plantas, regresan también los animales. "Han vuelto los pájaros. Hemos plantado muchas especies de frutos rojos, de grosellas, y claro vienen al 'supermercado' y se quedan. También han regresado los sapos bufos y los lagartos ocelados, familias que sabemos donde están y que no nos tienen miedo" añade Elena.

"El trabajo es un excelente ejemplo de colaboración"

Dice la Fundación Hispania Nostra que el trabajo ha permitido recobrar la funcionalidad de las praderas y su entorno, muy degradado por el abandono. Se ha recuperado el uso de las tierras; facilitado el tránsito ganadero; saneado la pradera, que recibe ganado que la abona y resiembra de forma tradicional- Ello ha mejorado el aprovechamiento ganadero y reconvertido una zona abandonada y olvidada, en un lugar frecuentado por paisanos y visitantes.

Destaca la colaboración llevada a cabo por los propietarios que han buscado la complicidad no sólo de numerosos profesionales sino también de los habitantes del entorno. Estas actuaciones han devuelto la vida a un lugar muy apreciado por su población y lo han convertido en un punto de encuentro que revitaliza la vida económica, social y cultural de la zona.

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El Jurado ha destacado que “el molino constituye el único vestigio completo de patrimonio industrial de Ávila; es un excelente ejemplo de cómo los molinos hidráulicos participaban en un sistema de control de las aguas que contribuía a mantener el equilibrio ecológico, social y económico de la zona. La intervención en el Molino de la Fuente del Corcho se ha entendido como un todo integral en el que confluyen un paisaje protegido (zona LIC), una arquitectura específica y un ingenio".

"Se ha convertido al molino en un “monumento” (en sentido etimológico), pues en él se aúnan historia, tradición arquitectura e ingenio hidráulico-industrial.” Finalmente, el Jurado reconoce que “el trabajo realizado es un excelente ejemplo de colaboración entre la iniciativa privada, capaz de recuperar un elemento patrimonial con recursos limitados, y la participación de la población, que ha ayudado y trabajado en distintas labores, considerando el resultado final de la rehabilitación como algo propio que disfrutan, del que se sienten orgullosos y que comparten con amigos y visitantes” añade.