El cocodrilo del Duero

Desde hace pocos días todo el que pasea por los Tres Arboles, en la zona junto a la pista de petanca, se detiene a admirar, muchos a fotografiarla, la escultura que representa a un cocodrilo emergiendo del agua con las fauces abiertas y una pequeña tortuga sobre su hocico, obra del joven artista zamorano, José Ángel Marcos.

“Was”, como es conocido en el mundillo, ha tallado la obra durante mes y medio y en unas 180 horas, según sus propios cálculos, aprovechando el tocón de un árbol muerto, como hay varios en ese punto del paseo, en las inmediaciones del puente de la autovía. Fue el propio autor quien tuvo la iniciativa: “Surgió al pasar por el lugar y hablarlo con un amigo. Pensé que quedaría guapísimo y de momento se quedó solo en un comentario pero después se lo propuse al ayuntamiento y lo aceptaron”, señala el artista, a quien le gustaría que esta fuera la primera obra de una ruta de esculturas en la ciudad, al igual que se ha hecho con el muralismo.

El proceso de elaboración de la talla comenzó con un moldeado en plastilina profesional, prosiguió con el desbaste con la motosierra y la radial, para continuar con las gubias, la mini amoladora y la escofina, finalizando con la aplicación de imprimación y un barniz al agua para proteger la obra.

José Ángel Marcos terminó sus estudios en la Escuela de Arte de Zamora hace ocho años; en este tiempo ha desarrollado distintos trabajos que, según dice, apenas le han dejado tiempo para dedicarse a su pasión, la escultura, por la que quiere apostar ahora e intentar ganarse la vida con ello.