¿Eres adicto/a al trabajo?

Salamanca

Pero hay una parte de la población que lleva al extremo la dedicación en tiempo a su trabajo. “Es una especie de compulsión que deriva en problemas de tipo físico y psicológico que pueden llegar a ser severos” asegura el psicólogo Javier Barreiro. Dentro de la adicción hay grados: “Una cosa es que tú tengas cierta dependencia a tu dedicación en el ámbito laboral pero cuando el trabajo y la forma que tienes de ver el mismo es un problema estamos ante una complicación a estudiar”.

Habitualmente es el propio individuo quien tiene consciencia de que la dedicación supera los límites de lo normativo pero suele ser el entorno, el laboral y el familiar, del círculo más estrecho quien da la voz de alarma sobre la disfuncionalidad. “Es difícil determinar cuando arranca el problema. “Puede ser la pareja, los amigos quienes tomen la iniciativa de avisar a la persona inmersa en el problema cuando observan que más allá del ocio, del tiempo de esparcimiento y de otras dedicaciones, la obsesión de un sujeto se centra en todo lo relacionado con el trabajo, que se convierte en el elemento sustitutivo del resto de ocupaciones habituales de nuestro día a día” explica Barreiro.

“¿Cómo de importante es el trabajo en nuestras vidas?” se pregunta el psicólogo. Ante la respuesta que, de manera sincera respondamos podríamos iniciar el análisis de nuestro apego normativo o desmedido al ámbito laboral, que, según Javier Barreiro puede ser causa de un estado de ansiedad, de desajustes vitales en un individuo pero también podría ser consecuencia de carencias, o problemas varios de otra índole que convierta el tiempo de trabajo en una especie de rincón, de zona de confort donde encontremos refugio de manera artificial.

“Todas las acciones de nuestras vidas, con errores y aciertos, si son equilibradas nos van a aportar. Es salir de ese orden y escapar de esa normalidad lo que puede alterar la normalidad y puede plantear problemas” sentencia el psicólogo que a la pregunta de si la adicción es más propia de quien inicia una aventura laboral en edades tempranas o de quien lleva ya tiempo en el mercado señala que “cada situación y caso es un mundo, por lo que analizar desde la generalidad un tema de esta carga problemática implicaría desajustes reales de información y por tanto una desinformación nada recomendable”.

Estamos, parece claro, ante uno de los problemas de salud de la nueva era y mientras los mensajes de perspectiva de los profesionales de la medicina abogan por dar el valor que merecen los momentos de ocio, de esparcimiento, de familia y de desconexión, el mercado ajusta, presiona y oprime buscando superar objetivos, obtener constante crecimiento y situar el tiempo dedicado al trabajo en la cima de prioridades vitales. Craso error.