Del chubasquero y el abrigo a la manga corta en menos de una semana

Valladolid

El tiempo era una excelente manera de evitar conversaciones serias con los vecinos cuando se producían los inevitables encuentros en el descansillo o en el ascensor. Las aplicaciones para móviles, la mayoría de las veces con escasa fiabilidad en el medio plazo se han encargado de fulminar ese espacio de diálogo inane pero adecuado para mantener una mínima socialización en nuestro hábitat doméstico. Ahora, en todo caso, el tema se evita o, en el peor de los casos, se carga de datos aportados tras haber consultado el vaticinio algorítmico. Y en el escenario más desfavorable puede, incluso, que la charla incluya argumentos negacionistas del cambio climático.

Seguro que ese vecino o vecina tendrá también alguna explicación sencilla para iluminarnos acerca de cómo es posible que en menos de siete días vayamos a pasar del paraguas, el chubasquero y el chaquetón a la manga corta. De una temperatura máxima de finales del invierno a otra propia de principios del verano, para cuya llegada oficial faltan todavía 71 días. Más de dos meses. Pero la Agencia Estatal de Meteorología, recién acabados los cálculos de todo el agua que cayó durante la Semana Santa y sus postrimerías, nos avisa ahora de un "episodio de temperaturas excepcionalmente altas, propias de final de junio".

Así que en un período de menos de cinco días, en Valladolid el termómetro va a saltar de los 14 grados a los 28, que se esperan para el fin de semana. Todo esto con un cielo completamente despejado o con algo de nubosidad testimonial. La responsable, de nuevo, es una masa de aire africano "cálido y seco" que tendrá su pico máximo a partir del viernes. Y atención porque las anomalías, es decir, las diferencias con los valores habituales va a oscilar, en función del punto del mapa en el que nos encontramos entre los +5 y +12 grados centígrados.

Este calor llega además tras un período de lluvia intensa que ha permitido, por cierto, que los embalses de la cuenca del Duero hayan empezado la campaña de riego con la mejor cantidad acumulada de la última década. Están al 87,6 por ciento de su capacidad lo que garantiza que las necesidades del regadío quedan cubiertas aunque con algunas dificultades en sistemas que nos tocan de cerca como el Pisuerga-Carrión.

Eso sí, el calor llega en formato concentrado. A partir del lunes, las aguas vuelven a su cauce, por seguir hablando en términos hídricos. El termómetro bajará con el comienzo de la semana para situarse en valores más normales para esta época del año. Menos calor y ambiente más agradable porque de un día para otro la temperatura caerá hasta ocho grados en el caso de los valores máximos. Por el momento, en la previsión a una semana no se atisba la necesidad de recuperar el paraguas.