Encuestas de camuflaje

Palencia

La Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León nos obsequia con una noticia que a bote pronto nos da un alegrón, dice que “Los pacientes consideran sobresaliente el servicio de consultas de Primaria”. Pues, que bien, eso es que la cosa funciona, aunque en las propias carnes no se note tanta bonanza, pues pides citas a tu medico de familia y te dan para dentro de diez días.

Si ahondamos un poco más en la noticia descubrimos el truqui, el sobresaliente es para las doctoras y doctores que reciben muy buena nota al trato, la amabilidad y la profesionalidad. Está muy bien reconocerlo, creo que eso nadie lo duda, y además esa nota es doblemente valiosa habida cuenta de las circunstancias tan deplorables en que trabajan, con esa sobrecarga de trabajo, esos sueldos que infravaloran totalmente el coste personal y económico de estudiar medicina con su MIR, su especialidad, y las responsabilidades que conlleva tener en sus manos la salud y la vida de seres humanos que confían a ciegas en su saber. Pues, claro que son unos héroes, explotados, desplumados, y además son amables, responsables y entregados a su vocación. Pero, parece que no se ha preguntado por los tiempos de espera para recibir una cita, porque ahí ya duele a los responsables de la sanidad pública de la Junta contarnos por qué para una enfermedad común tenemos que esperar más de una semana cuando ya se nos ha pasado con automedicación o nos hemos chutado cuatro horas en urgencias o se nos ha agravado el mal inicial.

Puntúan, además, los encuestados “el respeto a la intimidad, la confidencialidad, el acceso a las instalaciones, el ruido ambiental y la limpieza”. Cuánto nos alegramos, otra vez, ya solo nos faltan más médicos, para aligerar la sobrecarga y agilizar los tiempos en las citas. Se ve que sobre esos puntos no se preguntó. Como parece que tampoco se preguntó sobre el resto del personal sanitario cuyas bajas, vacaciones y permisos no se cubren con sustituciones si no cargando al lomo de los que quedan los pacientes desamparados.

En fin, que los micrófonos y el papel lo soportan todo sin quejarse, pero ocultar las deficiencias con piropos es un viejo truco que no resuelve la situación. Bajo la bonanza de nuestra clase médica se camufla la deficiente gestión política regional en materia de sanidad.

La próxima semana más.

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